Se consiguió detener las bajas genéricas
Intentar impedir que la trayectoria negativa con que la Bolsa inició su andadura en 1983 se prolongase durante esta última semana era la consigna aparente en torno a la que se juramentaba una parte sustancial de las fuerzas vivas del mercado y de la que en última instancia se aprovechaban algunas sociedades concretas y, sobre todo, los operadores a corto plazo, que tomaban posiciones en espera de que continúe la contención de los procesos vendedores, al menos durante las próximas reuniones.Los precios de las acciones eléctricas, que han venido centrando la atención de los especialistas desde las últimas reuniones del pasado mes de diciembre, observaron una trayectoria errática en la que se intercalaron los movimientos alcistas con algunas correcciones negativas de cierta importancia.
No obstante, también es destacable el hecho de que la oferta de títulos en ningún caso puede calificarse de masiva, y ha bastado con que se canalizasen algunas órdenes compradoras con sabiduría para que se frenase el descenso de las cotizaciones, e incluso se produjesen algunas mejoras en los cambios de los valores más significativos.
En cuanto al sector bancario, se pudo observar una desconfianza notable por parte de los cuidadores bursátiles de estos valores, que bien porque contasen con una oferta no conocida abultada, o sencillamente porque consideraban que una corrección alcista del precio de estas acciones estimularía a los vendedores, la realidad es que hasta la última reunión del ciclo no se animaron a sumar algunos avances aislados a los precios de sus acciones.
Esta situación resultaba curiosa por cuanto los beneficios de estas entidades que han ido filtrándose a lo largo de los últimos días no son precisamente muy brillantes, y sus cotizaciones se encuentran demasiado próximas al poco tranquilizador nivel que representa el 200%. Este precio de referencia ha venido siendo defendido por estas entidades con ahínco en las coyunturas menos favorables por las que ha atravesado el mercado en los últimos años. Los símbolos tienen bastante peso en los mercados de valores españoles, y los expertos bursátiles aseguran que si los grandes bancos aceptasen cotizar por debajo de esta cota su deslizamiento a la baja resultaría mucho más dificil de frenar, por cuanto los inversores cambiarían sus criterios y posiblemente comenzarían a exigir de estos títulos unas rentabilidades directas por la vía de los dividendos similares a las del resto de los valores que se vienen negociando.
Con todo, el valor que centró la atención de los inversores a lo largo de la pasada semana fué CEPSA, debido a importantes subidas que registró.
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