'La puerta del infierno', un ejemplo de color
Tras el éxito de Rashomon, la obra maestra de Akira Kurosawa, en Europa se descubrió el cine japonés. Poco después (1953) nos llegó La puerta del infierno que, aunque filmada por un director distinto y hasta desconocido, Tenosulce Kinugasa, y tener menos, interés, logró el mismo aplauso y hasta un premio del festival de Cannes de aquel año. El presidente del jurado, Jacques Cocteau, dijo que lo que se había premiado era "el admirable resultado cinematográfico de una tradición secular del espectáculo".Pero este no fue su único pre mío ya que obtuvo también el oscar a la mejor película extranjera, el mismo año en el que la Academía de Hollywood destacaba La ley del silencio, de Elia Kazan como la mejor película norteamericana del año y repartía sus restantes estatuillas entre Raíces profundas, Vacaciones en Roma y La túnica sagrada; así como también el gran premio del Festival de Locarno.
La crítica, en cambio, fue, en general, menos entusiasta. Apreció, eso sí, coincidiendo en ello con todo el mundo, en valorar la excelente calidad del color que Kinugasa había utilizado, además, como un trascendental elemento narrativo. Pudo así interpretar desde su personalidad las enseñanzas que directamente había recibido de los cineastas soviéticos Eisenstein y Pudovkin.
Drama histórico
El argumento se basa en el drama de Kikuchi Kan Kesa no Otto, basado a su vez en un hecho histórico ocurrido en el siglo XII, cuando Japón cayó bajo el dominio del clan de los Taira. La aventura amorosa de un oficial al servicio del emperador contra quien otros militares se revelan, tenía evidentemente todas las connotaciones de la estética del teatro japonés trasladado al cine.Una cierta lentitud narrativa, que hoy puede milestar a los consumidores de telefilmes, era justamente lo que los cineastas cultos de los años cincuenta deseaban para el cine europeo, cuando esa loentitud era un vehículo para penetrar con más rigor en la profundidad de lo narrado.
Papel decisivo
La trayectoria posterior de K¡nugasa fue desconocida en Europa y Estados Unidos, aunque se haya extendido, al menos hasta 1966, fecha en la que se detienen las enciclopedias que registran su filmografía, a pesar de haber dirigido más de un centenar de películas y haber jugado un papel decisivo en la evolución del cine de Extremo Oriente, particularmente en su época muda. En cambio, la obra de Kurosawa, el autor de Rashomon, ha sido difundida con mayor generosidad así como la del gran maestro de la cinematografía japonesa, Kenji Mizoguchi, de quien hace poco veíamos en televisión La emperatriz Yang Kwey Fei.La puerta del infierno se emite hoy a las 21.35 en la primera cadena.
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