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ASTURIAS

Un británico se fuga de la cárcel de Gijón aprovechando las vacaciones navideñas

El súbdito británico John Hawkins Graham, de 33 años de edad, que cumplía condena de seis años en la prisión de El Coto de Gijón (Asturias), aprovechó un permiso navideño de cuatro días que se le concedió a instancias de su mujer, Wendy, de 34 años, también inglesa y residente en la citada ciudad asturiana, para huir de España.La huida se efectuó en el portaequipajes de un turismo conducido por la esposa del detenido con el que pasaron la frontera hispanofrancesa dirigiéndose posteriormente hacia las islas británica. John Hawkins había sido juzgado y condenado a seis años de cárcel por tráfico de drogas (delito contra la salud pública), por el que había cumplido ya diez meses de arresto.

John Hawkins había salido de la cárcel el pasado 24 de diciembre, festividad de Nochebuena, con un permiso de cuatro días, concedido por el juez de vigilancia encargado del caso, por lo que debía haber regresado en la noche del 27. Al no presentarse en las dependencias de la cárcel, en la mañana del día 28 el director de la prisión gijonesa dio cuenta de lo sucedido a las autoridades competentes.

Wendy y su hijo visitaban habitualmente a John Hawkins y la pareja mantenía las relaciones íntimas establecidas por el reglamento de instituciones penitenciarias. La esposa había adquirido un compromiso moral con el director de la cárcel a quien aseguró que su marido regresaría al finalizar el tiempo permitido.

A su llegada a la frontera hispano-francesa, según declaró la propia Wendy ya en su país, John se introdujo en el maletero del coche y cubierto con unas mantas burlaron el control aduanero. Ya en Inglaterra, Hawkins dijo que estaba seguro de que las autoridades carcelarias podrían haber imaginado que intentaría escapar. "Es como si quisieran librarse de mí, pero querían evitar ponerme en libertad total", señaló.

John Hawkins había sido detenido en Cádiz en 1981 cuando conducía un automóvil en el que transportaba diez kilos de cannabis procedentes de Marruecos. Aunque negó en todo momento tener relación con el tráfico de drogas -manifestando que dos desconocidos lo habían disimulado en su coche- fue condenado a seis años de cárcel por un delito contra la salud pública.

La huida significa prácticamente la libertad para él, ya que España no cuenta con tratado de extradición para este tipo de delitos con Gran Bretaña.

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