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Gente

Alfonso Guerra,

vicepresidente del Gobierno, se mostró afectado, el pasado jueves, durante la recepción que el presidente González ofreció al personal de servicio del palacio de La Moncloa, por el suicidio del anacoreta de la ermita de San Saturio, en Soria. Este personaje era un republicano catalán que llevaba allí veintidós años y era "un tipo extraordinario, el único que me comprendía", comentó el líder socialista. El anacoreta no votó la Constitución, porque no daba a elegir entre monarquía y república, y jamás acudió a las urnas en elecciones generales, porque no se presentaba Francisco Largo Caballero. "Le pasaba como a mí", dijo Alfonso Guerra. "Conio no se presentaba Largo Caballero, no sabía a quién votar".

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