Problema de sordos
Le diré a usted que estoy "sordo" y que para oír -mal- preciso de un aparato electrónico.Hace pocos días recibí notificación de la entidad donde compré el último y en la que se me invitaba a probar otra novedad electrónica. Excuso decir que mi esperanza quedó satisfecha ante el nuevo avance de la técnica auditiva; pero la alegría duró poco...
-Como ha podido comprobar, es superior al que usted lleva.
-Así es. Se oye mejor, más claro. ¿Cuánto vale?
-Es barato. Sólo 40.000 pesetas.
Como usuario que soy como enfermo, estaba acostumbrado al desembolso de cantidades excesivas, cada vez más; pero en ésta llegó al cohno mi espanto.
Señor, usted sabrá que el sordo es un marginado, poco comprendido, que incluso sale también a risa. La ciencia, que es de todos, le ha tendido una mano y como enfermo a ella acude ilusionado; pero la picaresca, se ve, no entiende tampoco del respeto que se debe a la desgracia y en este caso ahí está la especulación concertada.
Acudo a usted como enfermo, en la seguridad de que miles como yo se encuentran desorientados en su soledad, alicaídos ante esa opresión bochornosa. Mi constante pregunta es si existe alguna legislación y en todo caso de qué forma presionar a los responsables para poner coto a esa burla de los derechos humanos. / .