Catorce Gabinetes en ocho años
El futuro Gobierno portugués será el noveno desde la entrada en vigor de la Constitución democrática de 1976, y el decimoquinto desde la revolución de abril de 1974.
Un número alto para un país enfrentado a graves problemas económicos y sociales y cuyos dirigentes no cesan de afirmar la necesidad de un período de estabilidad política para emprender las profundas reformas estructurales imprescindibles después de cerca de cincuenta años de dictadura.
Un número también ilógico para un país cuyo electorado ha revelado, desde que entró en vigor el sufragio universal, una excepcional estabilidad en sus opciones partidarias.
Elecciones municipales
Las últimas elecciones municipales, realizadas el 2 de diciembre, han confirmado la existencia de una mayoría sociológica de izquierda. Socialistas y comunistas totalizaron juntos más del 52% de los sufragios.Pero el divorcio entre los dos partidos de izquierda, profundo y aparentemente irreversible, provocó en 1977 el fin de la experiencia de Gobierno socialista homogeneo.
Después de un intento de alianza con los democristiano s, los socialistas fueron alejados del poder y desde entonces persiguen un objetivo aparentemente imposible: alcanzar, por sus propios medios, la mayoría absoluta en el Parlamento.
'Iniciativa presidencia'
Los tres Gobiernos de iniciativa presidencial que Eanes intentó formar en 1978-1979, antes de ceder a las exigencias de disolución del Parlamento, se situaban dentro del espacio socialista-socialdemócrata. De ellos, el más tecnocrático fue el de Nobre da Costa, que no llegó a hacer aprobar su programa en el Parlamento, el más derechista el de Mota Pinto, que cayó bajo los golpes conjugados de la agitación laboral y de la feroz oposición parlamentaría de socialistas y socialdemócratas, el más izquierdista el de María Lurdes Pintassilgo, que tenía como único encargo la preparación de las elecciones generales anticipadas.De allí nació la coalición del socialdemócrata Sa Carneiro con los democristianos, cuyo éxito en 1979 se debe sobre todo al efecto del método de Hont. En 1980 alcanzó la mayoría absoluta gracias a la dinámica de cambio que el presidente del PSD conseguía imprimir a la acción de Alianza Democrática.
Tras la desaparición del líder socialdemócrata, Pinto Balsemão hizo de la lucha institucional contra el presidente Ramalho Eanes la bandera de su fidelidad al "pensamiento de Sa Carneiro".
De la convergencia de intereses entre Balsemão y el Partido Socialista de Mario Soares resultó la nueva Constitución portuguesa que retira, en principio, al presidente de la República el poder de intervenir en la solución de las crisis gubernamentales.
Sin embargo, la mayoría parlamentaria se reveló insuficiente para asegurar la estabilidad política. Minado por las contradicciones internas de su partido y de la coalición, el Gobierno de Francisco Pinto Balsemão terminó por caer en la madrugada del pasado domingo.
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