Grundig y Philips presentan una demanda contra los vídeos japoneses
Grundig y Philips, dos de las más grandes firmas europeas de fabricación de aparatos de vídeo y televisión, de nacionalidad alemana y holandesa, respectivamente, han presentado una demanda antidumping contra los vídeos japoneses que se importan en la Comunidad Económica Europea.La acción conjunta de Grundig y Philips constituye la primera respuesta europea a la negatíva japonesa de abrir sus propios mercados o autolimitar sus exportaciones. Hasta el momento, sólo Francia había tomado represalias, obligando a todas las importaciones procedentes de Japón a pasar la aduana en Poitiers, en pleno centro del país.
Según las dos empresas que han presentado su demanda, los precios de los vídeos japoneses han descendido en sólo un año en un 60%, y se sitúan ahora por debajo del coste de fabricación en Japón, lo que constituye una práctica prohibida por los acuerdos comerciales internacionales. Gracias a este precio que es considerado como ridículo, los japoneses han aumentado sus ventas en Europa en un 120% el último año.
Según los datos proporcionados por los querellantes, la demanda de vídeos crece regularmente, pero los europeos ha disminuido sus ventas en un 50% ante la imposibilidad de competir con los japoneses.
Nuevas inversiones
Grundig y Philips, que fabrican conjuntamente el vídeo 2.000, estiman que si la situación sigue como hasta ahora se verán obligadas a suprimir 10.000 puestos de trabajo, lo que acarrearía la pérdida de otros 10.000 puestos de trabajo indirectos. Para evitarlo, están dispuestas a realizar nuevas inversiones, pero todos sus proyectos serán inútiles si Japón sigue inundando los mercados con vídeos a bajo precio.
Al mismo tiempo que se inicia el procedimiento antidumping, que exigirá varios meses, la Comunidad Económica Europea ha decidido someter al GATT (Acuerdo General para Tarifas Aduaneras y Comercio) el problema del acceso al mercado japonés.
"Esperamos que Tokio comprenda la señal", áfirmó un funcionario de la Comisión Europea, quien añadió que cuando los japoneses se sienten amenazados descubren rápidamente el medio para controlar sus ventas. Los diez quieren una prueba definitiva de que el Gobierno japonés va a modificar su política comercial respecto a Europa, especialmente en los llamados sectores sensibles, es decir, tubos de televisión en color, aparatos electrónicos, vídeos, coches y ciertas herramientas.
La primera reacción japonesa ha sido la desaprobación, según palabras textuales del ministro de Asuntos Exteriores, Shintaro Abe, quien afirmó que su Gobierno va a explicar su posición a la CEE en un próximo viaje a varias capitales europeas.
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