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El último congreso de UCD

No se cansen ustedes: UCD, cumplido su destino histórico (glorioso en algunas batallas, deplorable en otras), está de sobra. Bastaría para demostrarlo el espectáculo feriante que unos políticos residuales y derrotados en toda regla están proporcionando a los españoles en este congreso, convocado a toda prisa por un fatigado presidente nacional.Pero aún hay más: pudiera pensarse que los combates internos de este partido eran fruto del apetito desordenado de poder de unos militantes artificiales que suscribieron su ficha en pos de un gobierno civil, una dirección general o cualquier similar y sustanciosa sinecura. Pero no; no es así. Las dentelladas son más cruentas ahora que el partido, diezmado y desprestigiado, apenas ocupa una parcela mínima de oposición. ( ... )

Pero que acudamos, entristecidos, al entierro del "invento genial" del prestidigitador Adolfo Suárez no quiere decir que apoyemos la inanición política de un centro que, a todas luces, existe en España. Antes al contrario: hay que insistir a los políticos centristas más sensatos para que se unan y se comprometan en la articulación de una fórmula sustitutoria que sirva de indispensable bisagra entre una derecha que aún se resiste a someterse al liderazgo dictatorial de Fraga y una izquierda que, hoy por hoy, actúe con un sentido de unidad envidiable.

12 de diciembre

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