'Anatomía de un hospital', denuncia con humor

La denuncia de la corrupción posible en un gran hospital fue vista por el guionista Paddy Chayfesky con un enloquecido sentido del humor. Frente a las serias demostraciones del desamparo que muchas veces sufren los enfermos, el guionista proponía un ángulo de visión que redujera al absurdo lo que, sin duda, contiene un trasfondo de tragedia.Anatomía de un hospital fue dirigida en 1971 por Arthur Hiller, quien anos más tarde fuera el responsable, entre otras muchas, de la película Love Story; no destacó nunca por su capacidad creativa: artesano obediente, se ha limitado a ilustrar con dignidad textos ajenos. Su última película estrenada en España fue, como se recordará, Su otro amor, donde la cursi pasión amorosa de Love Story se planteaba en términos de relaciones homosexuales, pero en la que no había, por su parte, variación sustancial alguna.

Lo mejor, el guión

Entendieron los críticos del momento que el guión de Anatomía, de un hospital (The hospital, en su título original) era lo mejor de la película. Compararon algunas de sus secuencias con disparates propios de los hermanos Marx, aunque fueron igualmente sensibles a la imprevisible sensación de malestar que la proyección deja en sus últimos momentos. La Academia de Hollywood estuvo de acuerdo con ese criterio y otorgó el oscar del año a Paddy Chayfesky.

La historia se centraba en la vida sentimental de un médico, interpretado por George Scott, que vive desazonado por el amor de una loca chica, a la que dio vida la actriz Diana Rigg. Sus peripecias cómicas van ilustrando la vida de ese gigantesco hospital, donde cualquier desastre es posible. La locura está en el guión, pero también, y ello es más grave, en la realidad que inteligentemente se refleja.

Así lo han valorado los programadores de La clave al elegir Anatomía de un hospital corno título apropiado para ilustrar un coloquio sobre Guerras médicas.