Sanción disciplinaria contra el general de brigada Antonio Recio Figueiras

El general de brigada de Infantería Antonio Recio Figueiras, cesado por orden del 16 de noviembre, publicada en el Diario Oficial del Ejército el 23 de ese mismo mes, de su puesto de jefe de Estado Mayor de la II región militar con sede en Sevilla y nombrado simultáneamente segundo jefe de tropas de Las Palmas, Fuerteventura y Lanzarote, estuvo sometido a un correctivo disciplinario -según pudo saber EL PAIS- a raíz de las últimas investigaciones tras ser descubierta la intentona golpista proyectada para el 27 de octubre, víspera de las pasadas elecciones generales.Nada fué comunicado, sin embargo, por los servicios competentes de la capitanía general, por los del Cuartel General del Ejército ni por los del Centro de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa (CRISDE), de los que podría llegar a encargarse próximamente Lluis Reverter, íntimo colaborador del nuevo ministro durante su gestión municipal en Barcelona.

Los últimos días del traspaso no han sido ociosos. El Boletín Oficial del Ministerio de Defensa ha desarrollado una gran actividad para dar cabida a numerosas disposiciones reglamentarias y de personal. El pasado día 23, una orden firmada por el director de Personal, general Vallespín, dispuso que el capitán de Artillería Juan Batista González cesase en la situación de procesado y pasara a la de disponible forzoso en la I región militar.

Otra disposición análoga se publicó en la edición del Diario del 25 respecto al comandante José Luis Cortina. Con fecha del pasado 6 de octubre ambos militares recibieron sendas certificaciones del Tribunal Supremo "de que su absolución en la sentencia de la causa por el golpe del 23-F no había sido recurrida por el ministerio fiscal", que había solicitado para ellos en conclusiones definitivas penas de 12 y 3 años de prisión, respectivamente.

El 29 de noviembre, otra orden con la firma, en este caso por delegación, del general director de per sonal Vallespín González-Valdés ascendía al empleo de comandante al mencionado capitán Batista. En opinión de analistas militares tras estas disposiciones se puede esconder una nueva dificultad para el nuevo ministro, que se verá obligado a proceder cuando los citados jefes soliciten destino, como es su derecho.