Bonn busca una fórmula legal para poder convocar nuevas elecciones el 6 de marzo
Tan sólo dos meses después de llegar al poder, el canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl (CDU), busca un truco legal que le permita cumplir su promesa de convocar nuevas elecciones federales para el próximo 6 de marzo. Después de semanas de conciliábulos, en Bonn se esboza el camino hacia las elecciones del 6 de marzo. Kohl parece decidido a presentar la moción de confianza en la última sesión del Parlamento federal (Bundestag) a mediados de este mes, perderla de una manera semificticia y dejar así abierto el camino al presidente federal para disolver el Bundestag y convocar nuevas elecciones.
La solución que se apunta como más probable no gusta a nadie pero la Constitución de la República Federal de Alemania hace muy dificil la disolución del Bundestag y la convocatoria anticipada de elecciones. Todo se basa sobre una ficción -que Kohl pierda la votación de confianza-, a pesar de tener una mayoría suficiente de diputados democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP).A los liberales (FDP) no les hace gracia la perspectiva de afrontar el electorado el próximo 6 de marzo, que podría sellar la desaparición del partido a escala federal si no consiguen remontar el 5%. Para Kohl, tampoco resulta simpática la idea de perder, aunque sea por motivos formales, una moción de confianza. El presidente federal, Karl Carstens, tampoco parece entusiasmado con el plan de prestarse a un juego que bordea la burla de la Constitución.
El compromiso contraído ante el Bundestag y el electorado, de convocar nuevas elecciones, obliga a seguir este complicado procedimiento, aunque sea a base de violentar los artículos cle la Constitución. Las semanas pasadas se habló incluso de una reforma constitucional, con dos tercios de mayoría en el Bundestag, para conceder al Parlamento el derecho a la autodisolución. Esta idea parece haber sido rechazada y los tiros apuntan ahora hacia la pérdida de una moción de confianza del actual canciller.
Situación complicada del FDP
La situación más delicada actualmente en la RFA es la de los liberales (FDP). Tras el congreso de Berlín Oeste, que dio la bendición al cambio depareja en Bonn, el FDP ha sufrido una permanente sangría de miembros, sin que se puedan dar cifras exactas.Algunos diputados del ala social-liberal se marcharon del partido para Ingresar en las filas socialdemócratas (SPD), la organización juvenil Jóvenes Demócratas (Judos) abandonó el FDP casi en bloque y se ha fundado ya un nuevo partido, los Demócratas Liberales. Este nuevo partido no tiene ninguna oportunidad de aproximarse ni remotamente al 5%, y se quedará en una secta política más, pero es un factor de debilitamiento del FDP que dirige el ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher.
No faltan entre los liberales (FDP) optimistas que consideran esta sangría como beneficiosa para el partido, porque traerá la necesaria clarificación y depuración, y esperan que el electorado lo recompense debidamente el 6 de marzo próximo.
En una situación crítica también se encuentran los verdes (ecologistas y radicales), que tendrán dificultades a la hora de crear una plataforma partidista de cara a las elecciones federales. Los verdes se encontrarán con el inconveniente de que los socialdemócratas (SPD) en la oposición han dejado de presentarse al electorado como el partido corrompido por el ejercicio del poder.
En la República Federal de Alemania, los partidos empiezan a tomar posiciones para una campaña electoral en invierno, algo insólito, pero que puede dar el marco elimático adecuado a unos tiempos de crisis, que se manifestó ayer de forma patente con la escandalosa cifra de dos millones de parados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.