Arzú, héroe nacional de Honduras, suplente en el Rácing
Julio César Tile (Ollín) Arzú, uno de los guardametas que más fama alcanzaron en el último Mundial, es hoy suplente del Rácing. El equipo cántabro está entre los más señalados para el descenso a Segunda. Qué lejos parecen hallarse aquellas recordadas imágenes de sus espléndidas actuaciones frente a España, Irlanda y Yugoslavia..., los segundos que pasó llorando sobre el césped de La Romareda cuando Honduras perdió ante la selección de Miljanic la clasificación, a tres minutos del final ... ; la recepción de que fue objeto con sus compañeros en Tegucigalpa, y el telegrama de felicitación del presidente hondureño, Roberto Suazo Córdova.
Pregunta: Arzú, ayer héroe nacional... ¿Hoy?Respuesta: Suplente, porque encajé nueve goles ante el Real Madrid y Barcelona. Quizá no se tuvo muy en cuenta que nos enfrentamos a contrarios que cuando agarran a un equipo así, vamos, un poco desmañado, lo destrozan. Además, Alba lo está haciendo muy bien y acepto el banquillo por el bien del club.
P. No nos engañemos. Usted perdió la titularidad porque no sabe salir, retener la pelota y mandar, aunque reconozcamos su categoría bajo los palos.
R. En Honduras bastaba entenderse bien con Kostly y Jaime Villegas. Me sentía seguro por que me hacían caso. No es que Sañudo y Mantilla no me atiendan, sino que los chillidos del público no siempre les permiten escuchar. Además, aquí se fomenta el centro-chut y en mi país se acostumbraba a enviar la pelota muy bombeada, demasiado alta. Extraño la velocidad del fútbol español y lo duro que patean hacia el marco. Los jugadores tienen acá una manera especial de golpear al cuero, tanto que uno se queda quieto. Por otro lado los balones que usa el Rácing hacen más difícil nuestro trabajo".
Por Santander se barajó la posibilidad, finalmente incumplida de darle la baja. El Rácing todavía adeuda buena parte de los 2.500.000 pesetas que ha de abonar a su equipo de procedencia, el Atlético España, de Honduras, por la cesión del portero. Si desea obtener el traspaso deberá entregar al finalizar la campaña más de 600.000 pesetas. Arzú vive a orillas de la playa del Sardinero, con su joven esposa, también de color, y una pequeña que aún no cumplió el año.
Acepta con naturalidad la admiración que despertó en Cantabria. Conseguido el título de perito mercantil (contador, en su país), se propone cursar Administración de Empresa, como Alba, quien precisamente acaba de arrebatarle el puesto. Mantiene fácilmente una conversación en inglés. Se confiesa religioso "de corazón", hombre de fe. "Siempre llevo en el bolso un crucifijo y con frecuencia rezo una oración en la cancha". Amante de la soledad, está preocupado por la superstición: "En el camarín (vestuario) siempre temo o deseo, antes de los partidos, la entrada de alguna persona, porque según de quién se trate me autoconvenzo de que vamos a ganar o a perder".
"No quiero que me peguen por estar en el banquillo"
Tile Arzú domina la batería y la música rítmica, hasta el punto de que siendo un mozo formó parte de un conjunto, y amenizó la concentración de Honduras junto con Kostly y Bailey. Excelente degustador de rabas (calamares fritos), sólo extraña de la cocina española la condimentación. Pero lo que más le preocupa es su futuro. "Sé que mi estancia en Santander resultará decisiva. Además, no me gusta que me paguen por estar en el banquillo". Reconoce haber participado en un Mundial Juvenil con la edad falsificada, tenía veintitrés años, "porque lo que deseaba era jugar en una selección y no sabía la edad límite de esta categoría".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.