Los democristianos catalanes quieren influir en la reconstrucción del centro

Unió Democrática de Catalunya (UDC), partido que, junto con Convergencia Democrática forma la coalición Convergència i Unió (CiU), en el poder en la Generalitat, celebrará los días 11 y 12 de diciembre su congreso anual, en Barcelona. El congreso debía haberse celebrado el pasado 7 de noviembre, pero fue aplazado al coincidir con el inicio de la campaña electoral. No se esperan grandes novedades ni sorpresas en los acuerdos ni en los órganos de dirección. Sin embargo, cobra interés el papel de este partido en la posible reconstrucción de un centro democristiano en España.

Unió Democrática es, junto con el Partido Nacionalista Vasco, el único partido superviviente de aquel Equipo Democratacristiano del Estado Español que fracasó estrepitosamente en las primeras elecciones legislativas, en 1977. Ahora, con el hundimiento de UCD, que contaba en su interior con un influyente nucleo cristiano, y la creación del Partido Demócrata Popular (PDP), también de inspiración democristiana, un sector del partido catalán propugna la reconstrucción del centrismo español en tomo a esta ideología.

Una delegación de Unió Democrática asistió como invitada al congreso constituyente del PDP, el pasado verano. Aunque se trató de una representación de segunda fila, un sector del partido protestó por esta iniciativa porque temió que molestara a sus poderosos aliados de Convergencia. El mismo conflicto se reprodujo cuando el pasado mes de julio una delegación de Unió se entrevisto con el líder de UCD, Landelino Lavilla, a petición de éste. Lavilla quería conocer cuál sería la actitud de la coalición CiU en las nuevas Cortes, si se producía la victoria socialista. El presidente de UCD confiaba entonces en obtener entre 60 y 70 diputados, aunque ya adelantó a sus interlocutores que no confiaba en sacar ninguno en Cataluña. Sin embargo, defendió la necesidad de presentar candidaturas en las mismas, porque sino "Antón Cañellas se enfadaría".