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El coeficiente de inversión bancaria ha descendido significativamente durante los últimos tres años

La inversión típicamente bancaria de las instituciones financieras presenta un importante descenso en los últimos años como consecuencia de la crisis económica, a pesar de los intentos desarrollados para superar esta situación creando nuevas líneas de crédito, especialmente las destinadas al consumo privado. Mientras que en el año 1978 el coeficiente de inversión alcanzaba el 86% de los recursos ajenos captados por la banca, en julio de este año dicho porcentaje se había reducido al 84%.

La agudización de la crisis económica ha provocado que en los últimos años la actividad inversora de la banca se haya reducido por una falta de demanda de intensidad hasta ahora desconocida. La atonía de la demanda de crédito del sector privado ha hecho que los bancos se hayan encontrado con las suficientes peticiones solventes como para que fuera colocado su activo en operaciones de crédito solventes.El conjunto de la banca ha venido respondiendo a esta situación de escasez de peticiones vigilando el nivel de solvencia de sus activos colocados en riesgo, llevando a cabo una política bastante más conservadora en lo que se refiere a su actividad hasta ahora tradicional, concesión de créditos a empresas, y abriendo sus puertas, a la captación del cliente potencial: el consumidor privado.

De esta forma, mientras que la banca miraba mucho más de cerca las escasas operaciones que les proponían las empresas, iniciaban campañas de promoción para los llamados créditos personales, a la familia, vivienda y una multitud de posibilidades cuya única finalidad es la unidad familiar. Estás nuevas orientaciones propiciando el consumo privado contrastan con los reiterados deseos hechos públicos por la banca y las autoridades de propiciar el ahorro privado en épocas de crisis.

Junto a esta potenciación del acceso al crédito bancario para las economías familiares, la mayor parte de las instituciones financieras se han encontrado con una nueva fuente de ingresos, consecuencia de poder colocar gran parte de sus excedentes en la financiación de las necesidades inversoras del sector público a partir de aportar fondos con los que cuadrar el déficit. El importante crecimiento del saldo de Certificados de Regulación Monetaria (CRM) registrado en los dos últimos ejercicios.

La caída de la demanda de inversión crediticia en empresas ha sido consecuencia de un encarecimiento importante del precio del dinero, que ha colocado a la mayor parte ole las sociedades privadas en una situación tal que el coste financiero a soportar por éstas para llevar a cabo las inversiones es superior a los resultados que se pueden obtener mediante la venta de lo producido.

La diversidad bancaria

La disminución del coeficiente de inversión bancaria para el conjunto del sector financiero no tiene una traslación automática y lineal para todos y cada uno de ellos. En esto también, como en la mayoría de los casos, la diversidad de opciones seguidas por los bancos en particular es significativa. Mientras que para el conjunto de la banca el coeficiente de inversión ha descendido en dos puntos, pasando del 86% en 1978 al 84% en julio de este año, el de los siete grandes ha bajado mucho más, desde casi el 84% de los recursos ajenos en 1978 hasta el 72% tres años y medio. después, lo que supone un descenso del 14% en ese período.Un porcentaje similar de disminución, aunque algo menor, ha sido el registrado por la banca comercial de menor tamaño, al pasar del 85% a algo menos del 77%. Para el conjunto de la banca privada, excluyendo de ella a los bancos industriales, el coeficiente de inversión ha caído en poco más del 2% a lo largo de estos tres años y medio últimos. Y ello a pesar de que en este apartado se recoge la evolución crediticia de la banca extranjera, muy activa en estos años por un doble motivo: en primer lugar, porque entre 1978 y 1982 se ha pasado de una situación en la que existían cuatro bancos extranjeros, a la actualidad, en que tienen abiertas sucursales veintiocho instituciones financieras de otros países; además, hay que tener en cuenta que la captación de fondos por parte de estos bancos para la concesión de créditos se efectúa por canales de financiación diferentes a los tradicionales de la banca española.

Dentro de los siete grandes bancos españoles la disminución de su coeficiente de inversión no se ha producido con la misma intensidad. Mientras que Banesto ha tenido una reducción del 18% en este tiempo, el Bilbao, que presenta el mayor coeficiente de inversión, seguido del Vizcaya, lo ha reducido en el 5%.

Ello ha sido así porque mientras la tasa promedio anual de crecimiento del pasivo de clientes ha representado para el conjunto de los siete un 19%, la inversión ha aumentado en tasa media acumulativa anual un 14%. Dentro de este grupo, el Banco de Bilbao ha rebasado el listón del 18% en su crecimiento promedio anual. A nivel de la totalidad de la banca privada es donde se produce una mayor aproximación entre las tasas de variación de la inversión y del pasivo.

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