Selección son tristes
Miguel Muñoz ha llevado a la selección a la Casa de Campo de Madrid, con un preparador físico al frente. El recién estrenado seleccionador es partidario de contar con los hombres idóneos para la dirección del equipo nacional y de ahí que haya recurrido a Carlos Alvarez del Villar, uno de los grandes profesores de este país. Muñoz cree en los especialistas. Si Santamáría hubiera tenido idénticos conceptos, durante el Mundial no hubiéramos tenido un equipo lento y sin reflejos.Muñoz quiere, además, dar alegría a las concentraciones. No hay cosa más monótona para un deportista, que ver durante varios días las mismas caras y las mismas paredes. Para ganar hace falta tener espíritu de victoria. Con los tristes no se va a ninguna parte. La selección de Muñoz respondió en su primera salida al campo del honor a unos moldes olvidados. Por primera vez en mucho tiempo un equipo absolutamente experimental dio sensación de brío juvenil. Al público le duelen las derrotas, pero sólo se torna en contra del equipo nacional cuando carece del genio necesario para buscar la victoria.
Miguel Muñoz, probablemente, no va a conseguir éxitos apabullantes con su selección, pero al menos va a hacer las cosas con sentido común. A nadie se le hubiera ocurrido jugar un campeonato del mundo sin tener un preparador físico. El actual seleccionador, sólo para la Eurocopa, ha recurrido a Alvarez del Villar. Cuando todos los equipos de primer orden tienen un preparador físico en sus plantillas, la Federación, gracias a Muñoz, ya cuenta con uno. Algo hemos adelantado.
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