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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Chamusquina

Gillo Pontecorvo es un famosísimo cineasta italiano, como todo el mundo sabe. Pero nos tememos que su fama no se corresponda con su calidad como tal cineasta. Su primer éxito, Kapó, realizada en 1960, es una superficial "reconstrucción" del mundo de los campos de concentración nazis, que se queda a la altura del betún junto a poemas de la intensidad de Noche y niebla, de Resnais, o de comedias como Stalag 17, de Wilder. La campanuda solemnidad de Pontecorvo es una cobertura de su inanidad profunda. La otra cobertura es su izquierdismo, que hizo circular como revolucionarias a simples mercancías averiadas.La batalla de Argel, realizada en 1966, y que ganó el León de Oro de Venecia, redondeó la nombradía de Pontecorvo. Se trata de otra "reconstrucción", ésta más hábil que la anterior, que le proporcionó algún interés como cine-documento, aunque como tal está muy por debajo del Francesco Rossi de Salvatore Giuliano o La manos sobre la ciudad. La última "reconstrucción" de Pontecorvo fue Operación Ogro, sobre el asesinato de Carrero Blanco por un comando de ETA. No arriesgo nada si afirmo que se trata de uno de los filmes políticos -es un decir- peores de la historia del cine mundial.

El bluff Pontecorvo alcanzó su punto álgido con Queimada, otra "reconstrucción", actividad propia de un cineasta empeñado en "reconstruir" mundos a base de no saber construirlos. Su estreno fue precedido de esperanzas, a causa de que había conseguido enrolar en el reparto al inaccesible Marlon Brando. El resultado fue un filme pretencioso, mal rodado, artificioso, engolado, con deficiencias de ritmo y una falta de soltura narrativa insalvable. El aspecto de gran producción, pátina no causada por el talento sino por el dinero, permite al filme dar gato por liebre. El primer gato corre a cargo del propio Brando, que hace una de las peores actuaciones de su carrera. Pontecorvo se encarga del resto.

La censura

La censura española -el filme procede de 1969- "arregló" el filme, originariamente titulado La Quemada, "portuguesizando" título y personajes. Trata de la revolución anticolonial de una isla del Caribe bajo dominación española, a finales del pasado siglo. Pues bien, los imaginativos censores franquistas -suponemos que hijos de aquellos que convirtieron veinte años antes el simple adulterio de Mogambo en un turbio incesto- le colgaron el muerto a Portugal e hicieron de la isla Quemada, Queimada. Todo un glorioso ejemplo de la hermandad luso-española con que nos bombardearon nuestras adorables dictaduras respectivas.Tengo entendido, aunque no se si es un chiste, que este trueque causó un incidente diplomático entre Lisboa y Madrid, que trajo algún olor a chamusquina y a pátria quemada, o queimada.

Queimada se emite hoy a las 19.30 por la segunda cadena.

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