Réplica del capitán general Soteras
En el artículo titulado Las frustraciones profesionales del general Pinilla, causa de su abandono del Ejército, página 16 de EL PAÍS correspondiente al día 1 del actual, se vierte una serie de afirmaciones totalmente gratuitas a las que debo salir al paso para buena información de sus lectores.En primer lugar, se dice de mi que tengo "conocidas ideas ultraconservadoras". Verdaderamente no comprendo los fundamentos en que basa su afirmación el redactor. En nuestro régimen democrátíco hay libertad de ideas y expresión, pero esto no autoriza al autor del artículo a hacer una calificación totalmente personal de mis ideas, que desconoce en absoluto. Yo soy un militar dedicado exclusivamente a mi profesión y que acepta todo aquello que estima ser bueno para España, venga de donde venga.
En cuanto al nombramiento a dedo del general Pinilla para director de la AGM, como continuador de tan prestigiosos generales como Balcázar, Palacios y Mariñas, sorprendió a todos. Pero era una esperanza por su laboriosidad, talante y ascendencia, no olvidando que su padre defendió el cuartel de Simancas con heroísmo que le llevó a la muerte, siendo recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando. Sin embargo, los métodos propuestos por él para la enseñanza y la disciplina no dieron resultado positivo, y sus criterios no chocaron con los míos (yo era entonces director de la Academia de Artillería), sino con los de mi antecesor en la Dirección de Enseñanza, el fallecido general Aramendi, que con mucho y buen sentido modificó algunas de las medidas propuestas por el general Pinilla. Posteriormente, cuando yo fui director de Enseñanza, mis relaciones con él fueron cordiales y reinó el espíritu de colaboración necesario.
También he de aclarar que es posible que al general Pinilla le gustase ocupar la Dirección de Enseñanza, vacante por mi ascenso, pero esa dirección viene siendo ocupada por generales diplomados en EM (Scandella, Olivares, Balcázar, Ortín, Aramendi y yo mismo) y el general Pinilla no lo es. Para el puesto fue designado el general Pérez Iñigo, naturalmente diplomado, más antiguo en el empleo, con experiencia de profesorado y antiguo secretario técnico de la Dirección de Enseñanza.
Lamento la decisión del general Pinilla de dejar el Ejército, especialmente cuando ocupaba el puesto de gobernador militar de Bilbao, cargo de responsabilidad y que, desgraciadamente, entraña cierto riesgo. Yo le deseo una fructífera labor en su nueva dedicación a la juventud, que estoy seguro ha de formar en el amor a la justicia, al orden, a los valores humanos y, en definitiva, a España.
Siento que el autor del artículo esté tan despistado en temas militares. Por supuesto, no es un experto. / Capitán general de la VII Región Militar.
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