Carrillo deja la dirección del PCE y propone a Gerardo Iglesias como secretario general

Santiago Carrillo presentó en la madrugada de ayer su dimisión como secretario general del Partido Comunista de España (PCE), en el curso de una reunión del comité ejecutivo de la organización. El mismo comité propuso ayer a Gerardo Iglesias, secretario general de los comunistas asturianos, como sucesor. Sin embargo, otros sectores del partido, y entre ellos destacados dirigentes de CC OO, proponen que sea Nicolás Sartorius quien ocupe la secretaría general. La decisión corresponde al comité central del partido, que se encuentra reunido en Madrid.Carrillo anunció el abandono de este puesto, que ocupaba desde 1960, durante la reunión en la que el comité ejecutivo del PCE analizaba los resultados de las elecciones legislativas, en las que los comunistas sólo han logrado cuatro escaños -el que en principio se les había adjudicado en Valencia ha quedado finalmente en manos del PSOE, por escasa diferencia de votos-, frente a los veinticuatro de 1979.

La imposibilidad, pues, de formar grupo parlamentario y tener por tanto voz autónoma en el Parlamento, se sumó ayer a la contestación que la gran pérdida de votos había provocado en el interior del partido. En el curso de la reur.iión del ejecutivo fue imposible lograr un acuerdo entre quienes deseaban una renovación inmediata de los órganos dirigentes y los que preferían que se realizase un movirniento ordenado y gradual de cambios.

En esta situación, y presionado además por la posición del PSUC (comunistas catalanes), cuya dirección se había mostrado favorable al relevo, Carrillo optó por presentar la dimisión, que en una conferencia de Prensa celebrada ayer calificó de "irrevocable", y proponer a Gerardo Iglesias con la esperanza de que este consiga unir a los dos sectores enfrentados.

Sin embargo, también se interpreta que Carrillo ha colocado al frente del partido a un hombre que le es completamente fiel, con el objetivo de, sin dejar de perder protagonismo, ya que seguiría siendo el cabeza de los cuatro diputados comunistas, esperar tiempos mejores para preparar su regreso, en unos meses, a la secretaría general. Al serle planteada esta cuestión en la conferencia de Prensa, Carrillo dió una respuesta ambigua: "No se ha planteado que yo no pueda volver o dejar de volver".

En este sentido han reaccionado los llamados renovadores, expulsados del partido en la última crisis antes de las elecciones. Los miembros de la Asociación para la Renovación de la Izquierda, que agrupa a estos expulsados, se reunirá en los próximos días para estudiar la situación, aunque en principio no confian en que Iglesias sea una solución, por considerarlo un hombre demasiado ligado a Carrillo.

En estos sectores se apoya el nombre de Nicolás Sartorius como sucesor, quien también tendría importantes apoyos en el sindicato de hegemonía comunista, Comisiones Obreras.

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