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Las frustraciones profesionales del general Pinilla, causa de su abandono del Ejército

Diversas fuentes militares coinciden en que el abandono del Ejército por parte del general de división Luis Pinilla obedece principalmente a un sentimiento de frustración en el mejor momento de su carrera militar, al habérsele frenado el acceso a un destino en el que tenía puestas todas sus esperanzas, la Dirección General de Enseñanza Militar. Estas opiniones han sido recogidas por EL PAIS entre personas que se consideran próximas a Luis Pinilla.Luis Pinilla se ha distinguido tanto por su talante democrático como por su carácter profundamente cristiano, reflejado no sólo en una permanente actitud en el trabajo, sino en su dedicación al apostolado seglar.

Amigo de siempre del padre Llanos, fundó en los años cincuenta una academia de preparación para el ingreso en la Academia General Militar, llamada Forja, y que ha sido considerada un símbolo dentro del Ejército como núcleo de formación humanística para los futuros militares.

Cuando se creó la Unión Militar Democrática, algunos sectores del Ejército pensaron que tras ella estaba la figura de Luis Pinilla, por el hecho de que gran parte de sus integrantes había pasado por la academia Forja.

En el verano de 1979, Manuel Gutiérrez Mellado le nombró director de la Academia General Militar, donde inició una serie de reformas. El principio de su gestión resultó fructífero, gracias a la buena acogida que sus iniciativas merecieron por parte de su superior inmediato, el general de división Marcelo Aramendi, director general de Enseñanza Militar. Pero este último se suicidó en su despacho el 13 de mayo de 1981, en la misma fecha en que el BOE publicaba el proyecto de ley de creación de reserva activa, que modificaba el sistema de retiro de los militares impulsando un mayor rejuvenecimiento de los mandos. El proyecto había sido muy criticado en ciertos sectores y en el mismo había participado Marcelo Aramendi.

Al desaparecido general le sustituyó en la Dirección General de Enseñanza Militar Fernando Soteras Casamayor, de conocidas ideas ultraconservadoras, cuyos criterios tenían que chocar con los de Pinilla, que vio dificultadas sus reformas.

Desde entonces, las esperanzas de Pinilla se cifraron en el cargo de director general de Enseñanza Militar, pero cuando ascendió a general de división, en abril, el ministro de Defensa, Alberto Oliart, le adjudicó el Gobierno Militar de Bilbao.

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Luis Pinilla, que dejó buen recuerdo en Zaragoza -en las recientes fiestas del Pilar fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad- fue bien acogido en su nuevo destino por los círculos nacionalistas, pero sus íntimos no ignoran desde el primer día que su nombramiento le creó una profunda decepción.

Ya el pasado mes de julio confesó a un íntimo su intención de abandonar el Ejército. Quienes le conocen no descartan la posibilidad de que pudiera abordar de nuevo la realización de un intento similar a la academia Forja.

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