El general Luis Pinilla deja la carrera militar por "una llamada evangélica"

El general de división Luis Pinilla, que ha solicitado su pase a la segunda reserva, ha declarado que su abandono del Ejército se debe a un cierto cambio de valores y a su deseo expreso de dedicarse a la juventud desde un espíritu evangélico y humanista. El general Pinilla, de 61 años, gobernador militar de Bilbao y ex director de la Academia General Militar de Zaragoza, explicó los motivos concretos que le han conducido a tomar esta decisión, cuando aún le quedaban cuatro años de servicio activo, lo que le hubiera supuesto el ascenso a teniente general, y nueve años para el paso a la segunda reserva, informa Europa Press.

Luis Pinilla ha manifestado que la solicitud la efectuó el mes de julio pasado, y que hubiera su aprobación entonces para que su marcha resultara "más discreta y silenciosa". Pinilla fue alumno del jesuita José María de Llanos en la academia de preparación militar que éste dirigía en Madrid en los años cuarenta, en un ambiente de exaltación patriótica y religiosa. Durante su etapa de director en la Academia de Zaragoza introdujo entre los cadetes el llamado autoarresto, sistema que hubo de eliminarse porque no se practicaba con seriedad y no cumplía sus fines.En cuanto a las razones que le han impulsado a poner fin a su carrera militar, en la que a partir de los años setenta sufrió "una especie de persecución" como sospechoso de dirigir la clandestina Unión Militar Democrática (UMD), el general Pinilla cita la de que se ha producido un cambio en su vida, cuyos últimos años quiere dedicar "al servicio directo de la juventud". Una segunda razón "y de las más importantes", añade, "es un cierto espíritu evangélico; hay una frase en el Evangelio que me ha rondado por el alma hace muchos años y que es y dejando todo, le siguieron'".

Luis Pinilla explica también que ha experimentado una primacía real y efectiva de lo religioso y humano, y argumenta que deja el Ejército, también, por "honradez profesional, honradez con mi institución, a la que quiero mucho, honradez conmigo mismo; por un lado, la no coincidencia de interpretación de ciertos valores con la mayoría de la institución y, por otro, un cambio de vocación exige un cambio de vida.

"Quitar el fantasma del golpismo"

El general Pinilla destaca su convencimiento de que "el Ejército no puede quedarse atrás, lo que significa un cambio de mentalidad". Sobre la adaptación del Ejército a la evolución del sistema democrático, contestó: "Creo que es un momento sumamente interesante y veo a todo el cuadro de mando reflexionando sobre una realidad española política, social y humana que se impone de una manera abrumadora; esto tiene que llevar a una reflexión que suponga preparación para adaptarse mejor a los tiempos y ciscunstancias de una España nueva"."Soy muy optimista", agregó, "sobre la adaptación del Ejército al proceso democrático español, aunque el período será lento y difícil. Creo, sin embargo, que el Ejército está en condiciones de hermanarse con el pueblo en un período corto y temprano. No pueden producirse más que incidentes aislados y ninguna institución está libre de ello, pero el fantasma del golpe hay que quitarlo de España y de los españoles".