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La victoria socialista

MADRID

Lo sucedido en las elecciones legislativas en la provincia de Madrid es un fiel reflejo de lo ocurrido a nivel estatal. Las características se repiten monótonamente hasta configurar un mapa electoral completamente distinto del existente hasta que se cerró la legislatura.Los puntos esenciales que se repiten son los siguientes:

- Consolidación del PSOE como primer partido político (pasando de 12 a 18 escaños).

- Derrumbe absoluto de Unión de Centro Democrático, que, de tener en 1979 el mismo número de escaños que los socialistas, pasó a luchar en la noche del jueves hasta el último minuto la mínima presencia de su líder, Landelino Lavilla, en el Congreso. El presidente de Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y el ministro del Interior, Juan José Rosón, no tuvieron ninguna oportunidad de ser elegidos. No parece haber precedentes de un descalabro tan enorme de un partido gubernamental en ningún país occidental.

- Irresistible marcha de Alianza Popular, que salió victoriosa de su travesía del desierto. De tres escaños se ha puesto en once, sentando en el palacio de la carrera de San Jerónimo a personas tan insospechadas a priori como el economista Pedro Schwartz o al empresario Javier González Estéfani, que se convierte inmediatamente en el máximo representante orgánico dé los empresarios en las Cortes.

Exito de los tránsfugas

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- Personas que abandonaron el barco de Unión de Centro Democrático han sido reelegidas por las más variopintas formaciones. PSOE, AP y CDS han salpicado sus listas de tránsfugas del primer partido centrista. Es el caso, por ejemplo, de Fernández Ordóñez (número tres por el PSOE) y de Javier Moscoso, también elegido por el PSOE, de José Luis Alvarez Alvarez (de ministro de Agricultura a aspirante número tres por las listas del AP) o de los mismos Adolfo Suárez y Rodríguez Sahagún, éste elegido por Avila, (ex Iresidente del Gobierno y ex ministro de Industria y de Defensa, respectivamente), que han sido al final los únicos representantes del CDS en la próxima legislatura. También consiguieron escaño los ex miembros de Unión de Centro Democrático Oscar Alzaga y Miguel Herrero de Miñón, que llegó a ser portavoz de UCD en el Congreso. Con Alianza Popular han sacado escaño personas que se presentaron a las elecciones de 1977 con este mismo partido y, que tras su fracaso, casi habían desaparecido de la vida política, como Cantarero del Castillo (Guadalajara) y Fernando Suárez.

- La soledad de Suárez en la provincia de Madrid es otra característica significativa. Los organizadores del CDS no esperaban mucho más, pero sí algo más que no llegó. Será verdad lo de que su proyecto es a medio y largo plazo.

- El desastre de los comunistas en toda España tiene su reflejo en Madrid. Sólo Santiago Carrillo ha logrado su elección, lo que significa de hecho la desaparición de un grupo parlamentario comunista los diputados de este partido compartirán el Grupo Mixto con los de otras formaciones, como el CDS, Euskadiko Ezkerra o HB.

Ridículo de la ultraderecha

- El nivel de votación de los grupos extraparlamentarios de la ultraderecha ha resultado ridículo. Fuerza Nueva ha perdido la mayor parte de sus antiguos votantes, quizá influidos por la necesidad del voto útil, y su líder, el notario Blas Piñar, ha quedado apeado de su escaño. Solidaridad Española, el partido de Antonio Tejero, ha medido sus fuerzas con un resultado generoso para sus líderes: 9.000 votos en Madrid. Escasas alforjas para tan atrevido viaje.

- En el Senado, el PSOE ha conseguido el escaño para sus tres candidatos, José Federico de Carvajal, al parecer candidato del partido a la Presidencia de la cámara, Pérez Camino y José Prat. El cuarto escaño es para el candidato de AP, ex alcalde de Madrid Juan de Arespacochaga.

- Madrid tuvo una de las cotas de participación más altas, un 85,3%. El PSOE consiguió la mitad de los votos de los electores, y AP una tercera parte.

La bipolarización del voto, con pequeñas extensiones unitarias a otros tres partidos, ha impedido asimismo la expresión de una mínima fuerza electoral en los tradicionales partidos de la ultraizquierda, que en 1979 tuvieron una cierta notoriedad en la candidatura de la hoy extinta Organización Revolucionaria de Trabajadores. La Liga Comunista Revolucionaria y el Movimiento Comunista no alcanzaron resultados dignos de ser muy tenidos en cuenta.

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