Santiago Carrillo cerró su campaña con fuertes ataques a Fraga y autocrítica del PCE
"Hemos llegado al final de la campaña, que los agoreros decían que iba a ser el naufragio del PCE, pero aquí está el PCE; y estamos aquí para fortalecerlo, al mismo tiempo que fortalecemos la libertad y la democracia". El secretario general comunista, Santiago Carrillo, clausuró ayer en la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid, acompañado por Dolores Ibárruri, la campaña electoral de su partido, con un mitin al que asistieron entre 20.000 y 25.000 personas, en el que volvió a advertir al PSOE que "entre estar en el Gobierno y tener el poder hay una diferencia importante"; dijo que Fraga "hace guiños a la Constitución y a los golpistas", e hizo autocrítica de la política de su partido en dos áreas: la juventud y las fuerzas de la cultura.
El acto se inició pasadas las siete de la tarde, una hora después de lo previsto, con las canciones de Mercedes Sosa, durante cuya intervención sobrevoló la plaza de toros una avioneta con una pancarta luminosa que decía Landelino responde y que fue saludada por los asistentes con una inmensa pitada. "Sólo era un ovni de la derecha, nada más", comentó por el micrófono la presentadora, que provocó, con sus frases y ademanes, la hilaridad de muchos asistentes"."Al final de la campaña", dijo Carrillo, conviene recapitular autocríticamente. La amenaza de golpe y las posiciones equívocas de ese nuevo bloque nacional en torno a Fraga, que amenaza también la democracia, nos plantea la necesidad de reconocer que en España la democracia no ha tenido plenamente el poder", porque, a su juicio, si lo hubiera tenido habrían sido separados del mando los militares sospechosos de conspirar contra el Estado.
Para que la democracia tenga el poder, insistió, como a lo largo de su campaña, el secretario general del PCE, es necesario formar "un frente democrático en el Parla mento, en la calle y en toda la sociedad para romper el espinazo a los que no se resignan a que España sea libre. Cuando se me pregunta si el PCE va a dejar gobernar a los socialistas", siguió Carrillo, "yo respondo que la cuestión no es si les vamos a dejar gobernar nosotros, sino si les van a dejar gobernar los otros. Frente a los otros, nosotros apoyaremos al PSOE".
En otro momento de su discurso, el dirigente comunista reiteró su creencia en la victoria electoral socialista. "Queremos un Gobierno socialista", afirmó, "para que los trabajadores se den cuenta de que los socialistas en este país somos, sobre todo, los comunistas".
Del líder de Alianza Popular, Manuel Fraga, destinatario, durante toda la campaña, juntamente con los golpistas, de los mayores dardos de Carrillo, dijo ayer éste que "representa los intereses de las clases dominantes más reaccionarias" y que "quiere acabar con la lucha de clases como lo hizo en Vitoria. Está claro", añadió, "que si Fraga gobernase los golpis tas no sentirían la necesidad de dar un golpe".
El secretario general del PCE dijo que "nuestro partido no siempre ha prestado atención a los problemas de la juventud, derivados de la marginación y que nos venían un poco anchos" y reiteró una de las frases que más aplausos le han valido en la campaña, relativa a la necesidad de eliminar la vieja moral desgastada que hace considerar delincuente en potencia a un joven por el hecho de que lleve barba o melena o de que se fume un porro. También afirmó que "vamos a trabajar mejor de lo que lo hemos hecho con las fuerzas de la cultura".
Entre gritos de ¡Dolores! ¡Dolores! y grandes aplausos, como la habían recibido, la presidenta de honor del PCE se acercó unos momentos al micrófono. Antes dé sufrir un acceso de tos, Dolores Ibárruri, con voz firme, a pesar de sus 87 años, inició su intervención con su conocida fórmula de la dificultad de añadir algo nuevo tras haber oído al secretario general del partido. "Decid a las masas españolas", dijo Pasionaria, que hay que imponer a la reacción otra política, la que representan la clase obrera y los intelectuales progresivos". Bajó del estrado secándose unas lágrimas y sonriendo.
Situado en lugar preferente, a la derecha de Dolores Ibárruri, estuvo Marcelino Camacho, líder de Comisiones Obreras. Camacho hizo también acto de presencia el lunes en el cierre de la campaña del PSUC, en Barcelona, aunque se marchó antes del final, mientras hablaba Carrillo, tras saludar, uno por uno, a todos los dirigentes que presidían el acto. Fuentes de la sede central comunista valoraron su asistencia al acto de Cataluña, aunque fuera haciéndose notar, y lo mismo opinaron de su presencia ayer en Madrid. Detrás de esta valoración están los enfrentarnientos de Camacho con algunos miembros de la dirección del partido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.