Oleada de atentados sin reivindicar en el último tramo de la campaña electoral
A once días de las elecciones, una nueva ola de atentados azotó ayer el país. Los objetivos de las acciones terroristas fueron un cuartel de la Guardia Civil en Arroniz (Navarra), dos instalaciones de Iberduero en Guipúzcoa, un transformador de FENOSA en Vigo, una oficina de Hidroeléctrica del Cantábrico en Oviedo, la sede del PSOE en Logroño, el palacio de Justicia de La Coruña, una sucursal de la Caja de Ahoftos de Gijón, una oficina del INP en Barcelona, un concesionario de Opel y una oficina del Ranesto en Valencia, y sucursales del Banco Central y del Banesto en Sevilla y Jerez de la Frontera, respectivamente. Sólo se registró un herido leve pero los daños son de consideración.
Ninguna organización se ha responsabilizado hasta el momento de cerrar esta edición de los atentados, pero se estima que ETA Militar es la autora de las acciones contra Iberduero y contra el cuartel de la Guardia Civil en Navarra, en tanto que la mayoría de los otros atentados parecen llevar la marca de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO). El caso en que la autoría resulta más difícil de determinar es el del atentado contra la sede del PSOE en Logroño.
La nueva ofensiva terrorista de carácter claramente desestabilizador ante la proximidad de las elecciones legislativas llega tras la cadena de más de veinte explosiones que tuvo lugar en los últimos días del pasado mes de septiembre. En aquella ocasión el atentado más espectacular fue la voladura de una boya de amarre y descarga de fuel de Campsa en Badalona, que se atribuyó ETA Militar, en tanto que el resto de las acciones fueron reivindicadas por los GRAPO, organización que ha parecido estar desarticulada en varias ocasiones, pero que resucita oportunamente, siempre en momentos claves para la estabilidad democrática del país.No se descarta que la cadena de atentados tenga relación con la trama golpista que tenía fijado su día D en el 27 de octubre.La intentona golpista preveía la utilización, a efectos de justificar su acción ante la opirfión pública, de atentados terroristas que tuvieran lugar durante la campaña electoral.
El último de los atentados tuvo lugar a las 23.45 de ayer y causó daños materiales en el cuartel de la Guardia Civil de Arroniz (Navarra), pero no víctimas. Al parecer, los terroristas lanzaron tres granadas al tiempo que ametrallaban el cuartel desde un monte próximo. Inmediataménte, se montaron los controles pertinentes, que no dieron resultado.
Dos bombas -que contenían unos siete kilos de Goma 2- explosionaron en instalaciones de Iberduero de Guipúzcoa. La primera explosión tuvo lugar en Oyarzun y afectó a una torreta de una línea de 220 kilovoltios que, a su vez, provocó daños en varias líneas eléctricas. La segunda destruyó completamente un transformador situado en el barrio donostiarra de Alza, que quedó sin luz, al igual que localidades cercanas. Artificieros de la Policía, Nacional rastrearon sin resultados la zona para localizar otros posibles artefactos no explosionados. No hubo ningún herido, en tanto que las pérdi das materiales podrían alcanzar los seis millones de pesetas.
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Nueva oleada de atentados terroristas a once días de la celebración de las elecciones
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El único herido, de carácter leve, en esta oleada de atentados fue Juan Barbancho Prados, conserje de la oficina del antiguo Instituto Nacional de Previsión situada en la confluencia de la calle de Balmes y la Gran Vía de Barcelona. La bomba hizo explosión a las 2.05 horas y rompió el cierre de la puerta de acceso y los cristales de tres ventanas y dos farolas.
Varias horas después una voz anónima afirmó por teléfono a la redacción de EL PAIS en Barcelona que otra bomba haría explosión en el edificio de la Compañía Telefónica situado en la confluencia de la calle de Felipe II con la de Conde de Garay. Aunque fuentes de la Policía Nacional desmintieron en un primer momento la existencia de la bomba, cuatro horas más tarde un equipo de artificieros la desactivó. La Guardia Urbana recibió varios avisos falso falsos de bomba en zonas periféricas de la ciudad.
En Valencia fueron dos las explosiones. La primera tuvo lugar a la 1.30 horas y afectó a la puerta del concesionario de automóviles Opel de la calle de Micer Masco, número 27. La segunda bomba estalló a las 2.15 horas en la oficina principal del Banco Español de Crédito, situada en la calle del Pintor Sorolla. Los dos artefactos tenían mecanismos de relojería y causaron daños de escasa consideración.
Explosión en la sede del PSOE en Logroño
Hacia las 2.30 horas de ayer estalló una bomba de pólvora prensada con mecha lenta en la sede del partido socialista en Logroño, situada en el primer piso del número 22 de la calle de Vara del Rey. No hubo ningún herido, pero la explosión causó daños materiales en la puerta de entrada de la sede, que quedó arrancada, y en el portal de la casa. Por efecto de la onda expansiva se derrumbaron algunos tabiques. También fueron dañados los cristales de la escalera y viviendas superiores, así como las puertas de los domicilios de los vecinos. El hueco de la escalera quedó con grietas que hicieron necesario su apuntalamiento.
Tras la explosión fueron desalojados los vecinos, aunque finalmente se les permitió volver a sus casas, ya que el informe técnico consideraba que no había sido dañada la estructura del edificio.
Fuentes socialistas afirmaron que este atentado no va a modificar en absoluto el desarrollo de su campaña electoral. La delegación del Gobierno en la Rioja ha puesto a su disposición del partido las medidas de protección que crean necesarias.
Durante la mañana de ayer domingo, visitaron la sede socialista representantes de: los principales partidos políticos para manifestarles su solidaridad. Unión de Centro Democrático les ofreció su sede para poder seguir trabajando si ello era necesario.
Se comentaba negativamente en Logroño el silencio de Fuerza Nueva y el hecho de que hayan aparecido parceles electorales de Felipe González pintados con las siglas de este partido.
El Partido Socialista de la Rioja hizo público un comunicado en el que expresaba su "repulsa ante la degradación moral de aquellos que son capaces de utilizar medios violentos para intentar detener la marcha de España hacia la libertad, la justicia y la convivencia pacífica". Termina la nota pidiendo "un esfuerzo para la detención de estos exaltados de la violencia criminal".
En Asturias dos bombas de relojería de fabricación casera estallaron hacia las tres de la madrugada en una sucursal de la Caja de Ahorros de Gijón y en las oficinas centrales de Hidroeléctrica del Cantábrico en Oviedo. En ambos casos los daños fueron de poca consideración. También en La Coruña, en el Palacio de Justicia, explosionó una bomba colocada en la fachada que causó daños materiales.
La ofensiva terrorista alcanzó también a Andalucía. En Sevilla estalló una bomba con unos dos kilos de amonal en tina sucursal del Banco Central, sin ocasionar heridos, pero sí daños en el propio banco y rotura de cristales en vehículos y edificios próximos. En Jérez de la Frontera (Cádiz) fue desactivado un artefacto colocado en una ventana de una sucursal del Banco Central en la calle de la Feria.
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