'Al caer la noche', una extraña película
Al caer la noche es una película extraña por dos buenas razones. La primera hay que buscarla en la inconsecuencia de que un filme de esta especie, con detalles de, auténtica calidad y, sobre todo, con toques de sutileza, esté incrustado en la filmografía de un director como Richard Thorpe, que hizo siempre honor, al sonido castellano de su apellido,con una obra atestada de torpezas, vulgaridades, lugares comunes y sin otra calidad que la de una sólida artesanía traductora de guiones a la medida de los estudios que le contrataban, y en especial de la Metro Goldwyn Mayer, para quien realizó lo más característico de su trabajo: peliculones de capa y espada del estilo de Ivanhoe, El prisionero de Zenda, en la versión en colorines típica de la Metro, Quintín Durward, Los caballeros de la Tabla Redonda y algunas otras por el estilo.La segunda razón de la singularidad de este filme está en que no tiene precedentes ni, hasta muchos años después, consecuentes en la historia del cine de Hollywood.
Al caer la noche se emite hoy a las 21
30 por la segunda cadena.
Se inspira en una obra teatral de Emlym. Williams del mismo título y es una especie de filme policíaco con resonancias crepusculares, que, en el año 1937, resultó algo chocante y que aborda, desde ángulos psicoanalíticos, un juego que los especialistas en el cine negro desarrollaban entonces -recuérdese, por ejemplo, Al rojo vivo, de Raoul Walsh- con técnicas de intriga y de acción.
Ver un tema de asesinato desde la personalidad rara, cínica y tenebrosa de un lúgubre asesino psicópata no era habitual en el Hollywood de aquel tiempo. Había que esperar, por ejemplo, a El estrangulador de Boston, de Richard Fleischer, en los años sesenta, para encontrar algo parecido.
Dos son los aspectos más atractivos de Al caer la noche. El primero es la paradoja inherente a la primera circunstancia a que me referí en este comentario ¿Como es posible que un director mediocre sea autor de un filme no mediocre? Esta paradoja sólo era posible y en realidad allí fue incluso frecuente, en el cine clásico de Hollywood.
Brillante interpretación
El afinamiento técnico de los estudios en aquel tiempo llegó a tal grado, que permitió formar equipos de enorme entidad y personalidad creativa -recuérdese, por poner un ejemplo entre muchos, que Scott Fitzgerald fue un guionista asueldo, que intervino en decenas de filmes- que eran capaces de dar potencia a un filme dirigido por un director sin ella.
El segundo aspecto atractivo de Al caer la noche está en la rara y brillante interpretación de Robert Montgomery, un gran actor, hoy injustamente oscurecido, que otorgó a sus mejores interpretaciones una acusada personalidad y distinción. Su creación del loco asesino de Al caer la noche es uno de sus trabajos más logrados.
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