En el País Vasco, los partidos imponen un fuerte ritmo, como si se estuviera en la recta final de la campaña
En el País Vasco la campaña electoral está desarrollándose bajo el signo de una fuerte competitividad que tiene su mejor reflejo en la calle, poblada ya de carteles. La totalidad de los líderes vascos han entrado en campaña con mítines, charlas, conferencias de Prensa y visitas a mercados y fábricas, cuando se cumplen sólo cinco días de la apertura del período preelectoral. Desde el principio, los partidos han impuesto un fuerte ritmo a su máquina electoral disputándose el voto como si nos encontráramos en un final de campaña adelantado.
Por el momento, la competitividad y la ideologización que caracteriza la presente pugna electoral no están cargadas de agresividad y los discursos rehuyen, por lo general, la amenaza, el tono airado o la descalificación sistemática. Prácticamente no se han producido incidentes entre militantes de las distintas opciones y los carteles de propaganda se están respetando mucho más que en anteriores confrontaciones.La conciencia del auge del partido socialista es el elemento clave que determina el comportamiento electoral de los partidos vascos. Mientras el Partido Socialista de Euskadi, montado sobre la ola del ascenso del PSOE en el Estado parece haber renunciado a desarrollar una campaña de contenidos específicos para el País Vasco, el PNV enarbola la LOAPA pero sin descuidar la atención a problemas como el del paro y la crisis económica. Los dirigentes nacionalistas de la mano de su eslogan, "Para que gane Euskadi", se han apresurado a decir que el cambio que propugna el PSOE es en realidad un paso atrás para Euskadi.
Fuerte despliegue de Herri Batasuna
Una actitud que comparte desde posiciones bien distintas, Herri Batasuna, cuando por boca de su parlamentario vizcaíno, Periko Solabarria sostiene que el triunfo del Partido Socialista supondría un retroceso en la normalización y pacificación de Euskadi. Herri Batasuna que ha sustituido aparentemente el que parecía su primer esloga -"Somos una nación"- por otro más combativo que ya utilizara en anteriores elecciones -"Euskadi no se rinde-", está desarrollando una fuerte campaña no sólo en la calle con mítines y actos públicos, sino, también en los medios de comunicación. La descalificación del resto de las opciónes políticas, a quienes acusa reiteradamente de mentir y engañar a la población y el anuncio de que sólo esta coalición ofrece la solución para la paz en Euskadi parecen ser los ejes de la campaña electoral de HB, que busca así contrarrestar las críticas que la presentan como una opción violenta.
Euskadiko Ezkerra está mostrando también gran movilidad en la calle, aunque haya limitado el número de sus mítines a las cabeceras de comarca y su presencia en los medios de comunicación está siendo hasta el momento menor que la de otros partidos. Sus eslóganes, -"Aquí, la izquierda vasca", "Sí a Euskadi, sí a la izquierda, sí a Euskadiko Ezkerra"- buscan defenderse del presumible auge electoral del PSOE, pero dejando claro que apoyan un triunfo socialista en el resto del Estado. Los dirigentes de EE han anunciado ya que darán su voto incondicional a la investidura como presidente a un candidato de izquierdas. Su autodefinición como un partido "vasco, de izquierdas y constructivo" pretende oponerse a las otras tres grandes alternativas en el País Vasco: PSOE, PNV y HB.
El diputado Juan María Bandrés, sobre cuya imagen pública se apoya buena parte del peso de la campaña de Euskadiko Ezkerra, ha afirmado que la posibilidad "Iejana, a la vista de los resultados de las encuestas preelectorales" de que se produzca un estancamiento de su partido paralelamente a un aumento de HB y del PSOE, es una alternativa dramática en cuanto que puede dar paso al enfrentamiento civil en Euskadi. El mismo presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, en su primera intervención en la campaña electoral, se mostró el sábado último muy preocupado por la ola de violencia política interna que pondría en peligro la convivencia en el País Vasco, en la próxima legislatura.
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