La patronal madrileña convocara un mitin empresarial al que asistirán Fraga y Lavilla
La Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM) presentó ayer los rasgos más significativos de la campaña institucional que la patronal desarrollará a lo largo de todo el proceso electoral, con el objeto de estimular el voto y dirigirlo hacia las formaciones que defienden el modelo empresarial de economía de mercado, y que se concretan en Alianza Popular (AP) y Unión de Centro Democrático (UCD). La campaña costará 140 millones de pesetas y terminará con un acto empresarial masivo, al que asistirán Manuel Fraga Iribarne y Landelino Lavilla.
José Antonio Segurado, presidente de CEIM, declaró que la campaña institucional de la patronal se sustentará en tres ejes: la defensa de la libertad a ultranza, con especial atención a las libertades económicas; la objetivización de los datos que se utilicen en ella, evitando caer en descalificaciones personales, y la lucha contra la abstención política.La campaña de CEIM ha sido planificada técnicamente por las empresas Scope y Task, esta última responsable de las campañas empresariales en los comicios electorales autonómicos de Galicia y Andalucía. Sin embargo, el conocimiento de los primeros anuncios publicitarios en la Prensa madrileña permite adelantar que la campaña en la capital española no tendrá la virulencia de anteriores intervenciones empresariales, y mucho menos de la de las autonómicas de Andalucía.
La técnica utilizada es bastante semejante al marketing político vigente en diversos países europeos: anuncios publicitarios (cuatro modelos, de los cuales ya han sido manejados dos; el segundo aparecía ayer y contenía exclusivamente el texto: "¿Dónde van a trabajar? Confiamos en la libertad", con el logotipo de CEIM y una gaviota, que, según Segurado, es imagen de libertad); ficheros de 100.000 empresarios, a los cuales se les enviarán unos boletines informativos y cartas del presidente de la patronal sobre diversos aspectos de los programas económicos de los partidos. En el primero de estos boletines se incluye una fotografía y una información sobre la manifestación de pequeños y medianos empresarios en Francia contra la política económica de Mitterrand. En estos envíos se incluyen también pegatinas y carteles electorales para que sean expuestos en las empresas madrileñas. Por otra parte, CEIM tiene previsto realizar alrededor de setenta actos empresariales, el primero de los cuales se celebró ayer con la referencia de la actuación municipal de los Ayuntamientos de la provincia. Segurado destacó otros dos futuros actos por su significación: uno con la propuesta empresarial de un plan económico para Madrid, y el que cerrará la campaña y al que está previsto que comparezcan los líderes de los partidos políticos que defienden el modelo empresarial de sociedad: Fraga Iribarne, por Alianza Popular, y Landelino Lavilla, por UCD. Segurado ignoró en casi todos los momentos la existencia del Centro Democrático Social, que preside Adolfo Suárez.
Financiación militante
Según el presidente de la patronal madrileña, la campaña costará alrededor de 140 millones de pesetas, de los cuales se han recaudado hasta ahora 120 millones, existiendo un déficit de veinte millones, que se espera cubrir en las tres próximas semanas. Esta financiación correrá a cargo de los llamados fondos de acción especial, previstos por los dirigentes empresariales hace unos meses. Estos millones han sido financiados en su gran mayoría por empresarios individuales, siguiendo el ejemplo de Fomento del Trabajo Nacional, la patronal catalana, en las elecciones a la Generalitat. También hay aportaciones de algunas organizaciones sectoriales, aunque entre ellas "no figura, por ejemplo, la Asociación Española de Banca Privada (AEB)". CEIM no descarta acudir, en caso de que fuese necesario, a la emisión de bonos.
Respecto a los programas económicos de los partidos, Segurado recorrió los puntos más importantes de casi todos ellos (excluyó el del PCE y el del CDS) e incluso criticó algunos puntos de los de UCD y AP, aunque las mayores críticas recayeron en el programa socialista, del que se dijo "que era irrealizable y utópico en el aspecto de crear 800.000 puestos de trabajo en la legislatura". Segurado insistió en dos o tres ocasiones en las rectificaciones que ha tenido, que hacer Mitterrand en sus intenciones primeras de gobernar.
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