El plan de ordenación de Calvia, un intento de detener el caos urbanístico en Mallorca
El municipio de Calviá, situado a veinte kilómetros al oeste de Palma de Mallorca, tendrá, antes del 9 de octubre, su nuevo plan general de ordenación urbana, redactado por un equipo de catorce técnicos que han trabajado en él casi tres años y medio, dirigidos por el ex secretario general de la Federación Socialista Balear-PSOE y diputado en la anterior legislatura, Francisco Triay Llopis, ingeniero de caminos, canales y puertos. Con un coste presupuestado de 1.200 millones de Desetas, las principales mejoras que establece el plan general de ordenación vienen referidas a la definitiva prohibición de edificar moles de apartamentos u hoteles de más de seis plantas, prevaleciendo el criterio de conservar el entorno paisajístico.
El municipio de Calviá, en el extremo suroccidental de la sierra de Tramuntana, cuenta en la actualidad con una población de 12.592 habitantes de derecho y 22.016 de hecho, además de una población flotante que supera las 100.000 personas en la temporada turística alta, ya que es una de las zonas de mayor expansión de la isla, con centros veraniegos como Illetas, Portals Nous, Costa d'en Blanes, Palmanova, Santa Ponsa, Paguera, etcétera. La mencionada expansión de construcciones de edificios dedicados a absorber la corriente turística produce, hasta 1980, un desorden urbanístico irreparable a costa de las más de 82.000 plazas allí ubicadas, lo que supone el 20% del total de Baleares.Hace tres años, la mayoría socialista en el Ayuntamiento de Calviá, al frente del cual está el alcalde Francisco Font, impone su criterio de paralizar el desordenado crecimiento urbanístico de la zona, denegando todas las solicitudes de obras durante 1980, con objeto de que la ya iniciada redacción del PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) sea la que establezca las condiciones que deben seguirse, frente a la vigente ley del Suelo de 1975 y el PGOU de 1971.
Las licencias y UCD
Sin embargo, la supresión de licencias se revoca con el cambio del concejal de Urbanismo, Antonio Tarabini Castellany (PSOE), que es sustituido por Carlos Alabert (UCD). Así, en 1981 se levanta la suspensión, concediéndose 242 licencias para obras mayores y 225 para menores. En opinión de Carlos Alabert, "no ha existido tal suspensión de licencias, sino que se denegaron las solicitudes presentadas para evitar que se siguiera construyendo de acuerdo con el plan de 1971".Durante una sesión celebrada el martes día 31 de agosto, el Ayuntamiento de Calviá aprueba provisionalmente el proyecto del plan general de urbanismo del municipio, tras un período de información pública en el que todas las partes interesadas lo aceptan, desde pequeños propietarios hasta los promotores más fuertes.
Más de tres años y medio de trabajo y un equipo formado por catorce técnicos especialistas en temas urbanísticos, con Francisco Triay como director del proyecto, han dado como resultado un plan que el pasado 22 de septiembre fue aprobado definitivamente por la Comisión Provincial de Urbanismo (CPU), con lo que el plan podrá ponerse en marcha antes del 9 de octubre, fecha tope en la que se cumple el plazo para elaborar los nuevos planes de urbanismo.
La aprobación definitiva del plan se ha producido tras el acuerdo expreso de todas las partes interesadas: promotores, pequeños propietarios, partidos políticos e incluso la Confederación de Agrupaciones de Empresarios de Baleares (CAEB), que dio su visto bueno al proyecto recientemente. El plan tiene un ámbito de aplicación de 14.552 hectáreas, correspondientes a la extensión territorial del municipio -el más grande de la isla de Mallorca-, de las que 12.699 se califican como terreno forestal y rústico, un 877. del total.
Ante la imposibilidad de llegar a un plan ideal, los redactores del proyecto y el Ayuntamiento se han atenido a la idea de "conseguir un plan factible, que reúna todas las condiciones para llevarlo a cabo y que pueda ser cumplido en toda su extensión. Dada su viabilidad, el Ayuntamiento está dispuesto a prestar todo su apoyo en asesoramiento y colaboración, con la condición de que se cumpla a raja tabla", dice Carlos Alabert.
El alcalde, Francisco Font, añade que, "como plan realista, nadie lo pone en duda, ya que, por encima de todo, proporciona seguridad jurídica para garantizar la realización de los futuros planes de inversiones por parte de los promotores particulares".
Con el interés que en su aprobación tienen puesto los promotores y constructores, Calviá se convertirá en municipio receptor de proyectos, dado el importante volumen de inversiones que están a la espera de seguridad jurídica y urbanística para acudir a la zona".
Detenida la construcción del rascacielos
Las principales mejoras que introduce el nuevo PGOU de Calviá son la prohibición. de construir edificios de más de seis plantas, frente a las catorce que autorizaba el plan de 1971, con un recorte de ocho, siguiendo la idea de proteger el entorno paisajístico, ya muy deteriorado en zonas de concentración masiva de turistas, como Palma Nova, Magaluf, Santa Ponsa, etcétera, surgidas todas ellas de la concepción desarrollista de los años setenta, en que se produjo el boom turístico en Baleares.Otras mejoras introducidas en el plan son la eliminación de bonificaciones para construcciones de bajo rasante; la creación de suelo urbano suficiente para la expansión, preferentemente horizontal, del término; dotación y aprovisionamiento de nuevas infraestructuras y servicios urbanos; construcción de depuradoras de agua potable y prospección de posibles zonas de acuífeeros, para paliar el problema de abastecimiento de agua que tiene Calviá (en vías de realización), etcétera.
El PGOU de Calviá, como todos los demás que se aprueben, tendrá una vigencia de cuatro años. La fecha de la primera revisión está prevista para 1986, coincidiendo con el antiguo plan de 1971, con un plazo de quince años.
El Ayuntamiento gastará en su realización alrededor de 1.200 millones de pesetas, desglosados en: sistemas de ejecución del plan (262,9 millones), acciones en suelo urbano (415,2), obras y dotación de infraestructura en suelo urbanizable programado (381,2), obras de abastecimiento de agua, construcción de depuradoras y saneamiento (121,2), y otras obras parciales (12).
Para cubrir estos gastos, el Ayuntamiento ha previsto unos ingresos superiores a los 2.000 millones de pesetas. La diferencia entre ambas partidas obedece a la duración del plan (de cuatro años) y a las posibles desviaciones que se puedan producir en ese plazo de tiempo.
Pero el Ayuntamiento ha calculado financiar el plan con 253,9 millones con cargo a sus presupuestos ordinarios, además de otros 364,4 que obtendrá mediante créditos a medio y largo plazo. Por los conceptos de enajenaciones y patrimonialización se conseguirán 837,2 millones, quedando sólo 553,3 que se dotarán a través de contribuciones especiales. Todas estas cifras son límites, es decir, que será a lo máximo que puede llegar al concejo de Calviá para financiar el plan, siendo posible reducir las impopulares contribuciones especiales y enajenaciones en el caso de que el resto de los conceptos fueran suficientes para cubrir los gastos.
El plan prevé la posibilidad de alcanzar, para 1986, la cifra de 256.500 habitantes, distribuidos en 2.978 hectáreas, correspondientes al 21% de la extensión del término municipal de Calviá.
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