El sueño de una actriz que nació para princesa
Grace Kelly, nacida en Filadelfia en 1928 y perteneciente a una acaudalada familia, tras terminar los estudios y vencer la dura oposición patema, se decidicó a seguir la profesión de actriz. De 1947 a 1949, estudió los,cursos de la Academia de Arte Dramático, actuó en varias funciones de teatro de aficionados, desempeñó pequeños papeles en Broadway y empezó a intervenir en dramas televisivos.La elegancia de su figura y su serena y profunda belleza llamaron en seguida la atención de los productores y ya en su segunda película, Sólo ante el peligro (1952), de Fred Zinnemann, obtiene el papel de protagonista femenina y se consagra -como actriz, encarnando normalmente un tipo de mujer fría y egoísta, temerosa de asumir responsabilidades y con un fondo delicadamente maternal.
Interpreta Mogambo (1953) con John Ford y, un año más tarde, es dirigida por Alfred Hitchcock en Crimen perfecto. Es este director, que volvió a dirigirla en La ventana indiscreta y Atrapa a un ladrón, quien mejor supo utilizar sus características personales, adaptándola a su mitología propia.
Gana un 'oscar'
En 1955 protagoniza el filme de George Seaton La angustia de vivir, encarnando en esta ocasión el papel más arriesgado de su carrera, que le valió el oscar a la mejor interpretación femenina. Fuego verde (1954), de Andrew Marton; Los puentes de Toko-Ri (1954), de Mark Robson; El cisne (1956), de Charles Vidor, y Alta sociedad (1956), de Charles Walters, completan su filmografía.
En 1956, inesperadamente, contrae matrimonio con el principe Rainiero III de Mónaco. En veinticinco años, excepto algunas apariciones ocasionales en galas benéficas, Grace Kelly, desde entonces Gracia de Mónaco, no continuó su carrera como actriz, requisito exigido por el príncipe Rainiero para casarse con ella.
Fruto de su matrimonio, nacieron tres hijos (Carolina, Alberto y Estefanía), objetivo prioritario de gran parte de la Prensa del corazón desde sus primeros días. Gracia de Mónaco se ha mantenido siempre fiel a sus tareas de representación en el Principado, haciendo realidad el que posiblemente sea mayor sueño de una nortemericana de Filadelfia: llegar a ser princesa.
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