Nadie ha visto nada

Como ocurre en todas las ocasiones en que la Mafia comete un crimen, nadie vio nada cuando el viernes por la noche asesinaron al prefecto de Palermo, general Carlo Alberto dalla Chiesa, y a su esposa en una céntrica calle de la capital siciliana. Tras las manifestaciones oficiales de indignación y los incidentes ocurridos durante el funeral oficiado en meoria del matrimonio asesinado, lo que ha causado mayor impresión entre los observadores es la reacción popular.

Centenares de sicilianos arrojaron monedas a los representantes del Gobierno italiano y abuchearon al presidente del Consejo de Ministros, Giovanni Spadolini, a la salida del funeral. El ministro del Interior, Virginio Rognoni, recibió un proyectil en forma de botella de agua.

Pero cuando los informadores se acercan a una o varias personas y preguntan su opinión sobre el crimen cometido con el matrimonio Dalla Chiesa y las actividades mafiosas, las caras muestran expresiones de desconcierto o ignorancia, como para decir: "Aquí no ha pasado nada". "Si dices algo, después, por la noche, llaman a la puerta de tu casa y pam, pam..., buenas noches, amigo", declara un palermitano.

Varios jóvenes, consultados en un bar sobre el atentado, se quedaron callados y, después, el mayor de ellos declaró: "Nosotros sólo hablamos de fútbol".

El asesinato de Dalla Chiesa, y su esposa, la denominada operación Carlo Alberto, no fue presenciado por nadie, a pesar de haber sido perpetrado en una céntrica y concurrida calle, y los jueces e investigadores no esperan contar con ningún testimonio.

Pero el terror y el silencio de los sicilianos contrastan con la enorme cantidad de noticias, artículos, comentarios e informes que se publican sobre las actividades de las familias mafiosas. La amenaza de la Mafia ha sido ejecutada, y el general. fue asesinado porque seguía ¡in camino idóneo para individualizar las organizaciones criminales.

Entre los papeles que dejó Dalla Chiesa se encuentra un informe sobre las relaciones existentes entre organismos públicos e intereses mafiosos, que incluye el análisis del sistema de recaudación de impuestos de las entidades oficiales y la actividad de numerosos hombres de negocios en Sicilia.

Este informe debía ser contrastado con otro de la Guardia di Finanza, organización policial que depende del Ministerio de Hacienda, que fue entregado 48 horas antes del crimen y en el cual figura una lista de 3.192 personas que podrían tener relaciones con la Mafia.

El informe del general debía servir de base a Dalla Chiesa y a sus hombres para llevar a cabo la radiografía del poder económico oculto y de la reconversión del dinero sucio obtenido por la Mafia con el tráfico de heroína.

Tras la entrevista que mantuvo pocas horas antes de su muerte con Dalla Chiesa, el ministro de Hacienda italiano, Rino Formica, se interrogó públicamente por "los 880.000 millones de liras (unos 85.000 millones de pesetas) procedentes de los fondos públicos que se entregan a empresas dirigidas por cuatro o cinco personas notables de Palermo". Ante tal poder, el diario La Repubblica señalaba ayer que "está en juego la existencia del poder dernocrático".