Muere en París el director teatral Víctor García
Víctor García, director teatral, de 47 años, falleció en París el pasado sábado, víctima de una infección cuyo origen se desconoce. Será enterrado el próximo miércoles en la capital francesa, después de que le sea practicada la autopsia para determinar el origen preciso de su misteriosa y mortal enfermedad. Víctor García era argentino. Vivía en París desde 1965. Su obra escenográfica tuvo un gran impacto en Europa, y sobre todo en España, donde realizó varios montajes para la compañía de Nuria Espert. El más trascendente de estos espectáculos fue Las criadas, de Jean Genet.
Armando Moreno, el empresario teatral que trajo a Víctor García a España en 1969 para que montara para la compañía de Nuria Espert Las criadas, de Genet, y Los dos verdugos, de Fernando Arrabal, comentó ayer que "la contribución teatral de Víctor García conmocionó el arte escénico en todo el mundo, tanto por su genio interpretando las metáforas de los textos, como por su carácter de innovador".Víctor García padecía frecuentes depresiones y tenía una salud quebrantada por culpa de una cirrosis incurable. Un amigo suyo dijo ayer a este periódico que los que le conocían y amaban siempre temieron el desenlace del pasado sábado, "aunque le habíamos visto tantas veces recuperarse como un ave fénix después de estar tan mal que ya se había alejado de nosotros el temor de que la muerte fuera inminente". En la actualidad, Víctor García preparaba para el Nuevo Teatro del Mediterráneo de Montpellier (Francia) un montaje del Don Juan, de Tirso de Molina, en el que el personaje de don Juan iba a ser la actriz Michelle Kokosovsky. Antes de que la relación de Víctor García con el teatro español, y específicamente con la compañía de Nuria Espert, fuera intensa, su trabajo dramático ya había causado impacto en París y en otras capitales. En Buenos Aires había montado espectáculos de aficionados a comienzo de los años sesenta, mientras estudiaba medicina. A mediados de esa década se marchó de Argentina, huyendo, como haría durante toda su vida, de sí mismo. Nunca mantuvo luego mucha relación con su país de origen.
La conquista del éxito
En París, en 1966, montó algunas piezas cortas de Valle-Inclán en el Teatro de las Naciones, y un año más tarde consiguió el éxito internacional que le convertiría en un revolucionario de la escena con El cementerio de automóviles, de Fernando Arrabal, que fue entonces un gran acontecimiento teatral en el festival de Belgrado. A raíz de ese éxito fue contratado por Amando Moreno para que trajera a España el citado montaje de Genet y Los dos verdugos de Arrabal. Esta último trabajo permanece inédito.
Era el año 1970, en la época de un estado de excepción decretado por Franco, cuando Víctor García dio por finalizados los ensayos de Las criadas, aquel alucinante montaje en el que el escenario se convertía en un plano inclinado sobre el que andaban con dificultad y altivez las criadas del escritor galo. Manuel Fraga Iribarne decidió, el mismo día en que debía producirse el estreno, recordaba ayer Armando Moreno, la prohibición del espectáculo.
Un mes más tarde, la obra censurada en Madrid fue estrenada en el Poliorama de Barcelona, por donde pasó sin pena ni gloria. Fue tras su estreno en el teatro de la Ciudad Universitaria de París cuando se produjo el impacto internacional que se confirmó más tarde en el Festival de Belgrado, donde Las criadasobtuvo un gran premio. De regreso a España, reestrenada en,el Fígaro de Madrid, el polémico montaje alcanzó un triunfo glorioso.
En 1971, Víctor García montó Yerma, de Federico García Lorca, para Nuria Espert. Ganó con esa obra más de veinte premios internacionales, aunque en España solo fue distinguido por su decoración. Sus montajes restantes fueron: Divinas palabras de Valle Inclán, en 1975, de nuevo con Nuna Espert; y Cementerio de automóviles, en 1977, que había sido su primer gran éxito internacional en París y que en Madrid fue su último fracaso. La reticencia con que fue recibida Divinas palabras por la crítica se hizo virulencia ante el montaje de Arrabal, que había sido traído a nuestro país por José Monleón para la empresa de Antonio Redondo. Monleón comentó ayer que ese espectáculo había revolucionado el teatro europeo ocho años antes y que en España recibió un improperio inesperado.
Nuria Espert comentó ayer: "Víctor García fue un genio que partió en dos la historia del teatro contempbráneo. Fue como una llama destructiva y renovadora".
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