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Un 'revival' con gritos

El Real Madrid hace tiempo que dejó de ser el de antes, pero su gran problema es que quiere volver a serlo y quizá no pueda nunca. Existen ya demasiados datos para asegurarlo. La historia, además, difícilmente se repite cuando no se dan las condiciones objetivas en la situación temporal y tampoco las subjetivas en las personas. Un Santiago Bemabéu es irrepetible, pero también han pasado tres décadas desde la época gloriosa. Los años 50 no tienen nada que ver con los 80. Entonces, hubiese sído inimaginable una lucha electoral, porque todo estaba atado y demasiado atado. Ahora, no sólo hay lucha, sino un patio de vecinos gritando.En el último ataque se ha acusado al ex presidente de comprar votos a 1.000 y 1.500 pesetas utilizando a empleados del club. Estos, lógicamente, han desmentido las sospechas. Es la palabra de unos contra la de otros, con la rara sensación de que Luis de Carlos, por no haberse retirado a tiempo, vuelve a ser manipulado por miembroi de su candidatura y las contrarias. En resumidas cuentas, nuevo lodo para la entidad, cuya blancura, aquella pátina inmaculada de organización silenciosa, cada vez da más la sensación de oler a vulgaridad y a podrido.

Ya no es sólo que haya perdido la hegemonía federativa. Ni siquiera la relatíva deportiva, pues con la entrega de sus hombres frente a la escasez (de delanteros, sobre todo) incluso podría alargar el tipo un poco más. Pero el revival con Di Stéfano en el banquillo no podrá ser como cuando estaba en el campo y, menos aún, con tanto grito traspasando las paredes de la caja blanca.

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