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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La muerte del héroe

Los años sesenta fueron claves para el western. Los guionistas no podían sostener ya el carácter mítico de las gestas de la conquista del Oeste, y mientras el personaje del indio se empezaba a contemplar como a un igual, es decir, sin exigir su total aniquilamiento (estaba ya realmente aniquilado, por otra parte), el heroico vaquero comenzaba a ser visto también en sus contradicciones y pequeñeces.Fueron varias las películas que quisieron saber qué quedaba en la realidad del auténtico vaquero, de aquel personaje que, al margen de granjas y ganados, tenía siempre un revólver listo para defenderse de sus enemigos. Caballero andante, conservador y violento, el vaquero ha anegado buena parte de la historia del cine del Oeste. En cierto modo, era el mismo personaje que se enfrentaba a los japoneses en las películas bélicas o a los violadores de la ley seca en el cine negro.

David Miller fue uno de los directores que plasmó en el cine esa nueva actitud respecto al vaquero. Con guión de Dalton Trumbo, Los valientes andan solos supuso un primer acercamiento, que John Huston y Arthur Miller perfilarían con mayor rigor en Vidas rebeldes, y que Sam Peckinpah, más tarde, transformaría en su antihéroe ejemplar (Duelo en la alta sierra, Junior Bonner), impidiendo ya que regresaran los lejanos tiempos de la mitificación.

Los valientes andan solos sitúa al personaje en 1953: una época en la que la nostalgia es el único motor de su actitud; nostalgia de amistad y libertad en el caso de este protagonista, nostalgia, para otros, de violencias enfrentadas a una ley que comenzaba a hacerse entender. Kirk Douglas encarna a ese vaquero inadaptado a los nuevos tiempos, capaz solo de luchar para reencontrarse con un viejo amigo, o defender una causa perdida; el actor estaba empeñado en interpretar películas de mayor ambición que las que los estudios le ofrecían. Espartaco o Los vikingos son otros títulos nacidos de su empeño personal.

Melancolía y escepticismo

Pero la figura central de Los valientes andan solos es Dalton Trumbo, el guionista, condenado por el Comité de Actividades Antiamericanas como presunto comunista y relegado por ello al olvido o al trabajo con seudónimo. Poco después de ser contratado por Otto Preminger para escribir Exodo, Trumbo salió de nuevo a la luz firmando con su propio nombre. La película de hoy es uno de sus primeros trabajos reconocidos. Las siniestras aventuras que el guionista acaba de vivir se plasmaron sin duda en sus textos: la melancolía y el escepticismo de Los valientes andan solos deben tener ahí su origen. Aunque lógico es pensar también que los años sesenta ofrecían a los cineastas de Hollywood una perspectiva que estaba bien lejos de ser asumida a través de la delirante bonhomía de los años anteriores, cuando las películas se empeñaban en publicar las excelencias de la democracia norteamericana. Trumbo, en este sentido, no sería más que otro testigo de la realidad. Estaba ya empeñado en llevar a la pantalla Johnny cogió su fúsil, que años más tarde sería su única película como director.No es justo, sin embargo, marginar el exquisito trabajo de David Miller en la composición formal de la película. Los amplios paisajes contrastan con el carácter intimista de la narración, el tenso desarrollo de la huida, que forma la parte central de la historia, se contrapone a la pesadumbre que invade al personaje protagonista. No hizo Miller un trabajo maestro, pero su película se ha convertido en un importante hito del género.

Los valientes andan solos se emite hoy, a las 21.35, por la primera cadena.

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