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Julio Caro y tres especialistas ponen en orden los 33.000 volúmenes de la biblioteca de los Baroja

Los más de 33.000 volúmenes de la biblioteca que el etnógrafo y antropólogo Julio Caro Baroja posee en su casa de Itzea, en Vera de Bidasoa (Navarra), entre los que se encuentran los libros que pertenecieron a su tío, el novelista Pío Baroja, están siendo catalogados y clasificados por la Diputación Foral de Navarra. Entre las partes en, que puede dividirse esta colección bibliográfica destaca, como la más numerosa y de mayor calidad, la relativa a obras de historia sobre el siglo XIX, especialmente sobre temática de la guerra de la independencia y guerras civiles, temas sobre los que noveló Pío y en los que su sobrino, Julio Caro, ha investigado en su faceta de historiador. De estos ejemplares sobresalen, por su rareza, un incunable sobre la vida de los filósofos griegos, que data del año 1485, y la primera Botánica que se publicó en el siglo XVI en Alemania.

La catalogación y clasificación de la biblioteca que Julio Caro Baroja posee en su casa de Itzea, en Vera de Bidasoa (Navarra), la están llevando a cabo tres personas, tras el acuerdo adoptado recientemente por la Diputación Foral de destinar 1.200.000 pesetas para realizar este trabajo que, en principio, durará cuatro meses. Durante este tiempo, se ha estimado que se catalogarán unos 12.000 volúmenes de esta importante colección bibliográfica.En dos ocasiones se comenzó a realizar este trabajo de catalogación. La primera fue en fechas anteriores a la guerra civil, pero el catálogo desapareció cuando iba ser imprimido. "Después de la guerra, mi padre, mi tío Pío y yo", manifestó Julio Caro Baroja, "empezamos a hacer un segundo catálogo, pero sólo hicimos unas pocas fichas que, creo, están todavía por ahí, hasta que lo dejamos". "Empezar de nuevo", agregó, "me daba auténtica pereza hasta que, ya hace algún tiempo, la Diputación Foral de Navarra, a través de la Institución Príncipe de Viana; estimó conveniente llevar a cabo el trabajo de catalogación".

"Todavía", añadió Julio Caro, 'tengo memoria y sé dónde se encuentra cada libro y quién lo adquirió; pero siempre me ha preocupado que esta catalogación no estuviese hecha, porque tener la biblioteca en la cabeza de una persona creo no era lo más apropiado. Quería hacer la clasificación de los libros al igual que he hecho con otros objetos de la casa".

Las tres personas que llevan a cabo la catalogación elaboran una ficha de cada libro, consignando en ella el autor, el título de la obra su fecha de impresión, la edición y el editor. "Detrás de cada ficha", apuntó Caro Baroja, "realizaré diversas anotaciones, como por ejemplo, quién adquirió el libro (si fue mi tío Pío pondré una B y si fui yo una C); si sirvió para escribir posteriormente un trabajo, o resaltaré algunas características peculiares de la obra. Una vez que hayan concluido estos trabajos, se hará una clasificación alfabética por autores y otra por materias".

Libros raros

Son más de setenta años de adquirir libros. Aunque Julio Caro Baroja estimó que la biblioteca de su casa de Itzea está compuesta por más de 33.000 títulos, de los cuales al menos unos 8.000 pertenecieron a su tío Pío. De esta importante colección destaca, como la más numerosa y de mayor calidad, la relativa a obras de historia de España sobre el siglo XIX, especialmente sobre temática de la guerra de la independencia, y una importante colección de libros y folletos de las guerras carlistas, todos ellos muy raros.Dentro de los ejemplares adquiridos por Pío Baroja abundan obras sobre literatura del pasado siglo de España, Francia, Inglaterra y Rusia, que "a él", según dijo su sobrino, "le interesaron por su profesión, así como numerosas memorias, biografías, libros raros y curiosos sobre temas de brujería y espiritualidad en los siglos XVI y XVII". 'Mi tío", siguió diciendo, "adquirió bastantes ejemplares de procesos de brujerías en España y Francia, principalmente, y sobre casos esotéricos, que le interesaron sólo subsidiariamente cuando hizo alguna novela".

El capricho de don Pío

No faltan tampoco en esta compilación los textos sobre problemas de filosofía, teología moral, moral cristiana, que Pío Baroja fue leyendo muy despacio cuando contaba ya más de cincuenta años.Entre las rarezas bibliográficas adquiridas por el novelista guipuzcoano se encuentra un incunable: La vida de los filósofos griegos, de Diógenes Laercio, del año 1485, escrito en latín; y un ejemplar, al que tenía mucha estima, sobre un examen de enfermos realizado por el médico de San Juan, de la época de Felipe II.

"Aunque mí tío no era un bibliófilo", señaló Caro Baroja, 'tenía capricho por adquirir libros, y cuando no podía hacerlo, se los conseguía yo. En este aspecto, entre los dos existió siempre una gran colaboración y lo que no adquiría uno lo compraba el otro. El consiguió también un manuscrito muy curioso sobre un protestante español que, creo, merecería la pena editarlo".

Caro Baroja, etnógrafo, antropólogo e historiador, por su parte, aportó a esta biblioteca unos 25.000 volúmenes, la mayoría de los cuales son de antropología, etnografía, arqueología, historia antigua y clásicos griegos y latinos, así como sobre historia de España, teología, literatura ascética y libros de viajes, principalmente de viajeros ingleses del siglo XVIII y XIX por España, "porque viajar me ha gustado siempre".

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