Reivindicaciones de los presos
Cuando finalice el período estival y el honrado ciudadano regrese dé su merecido descanso, por las tensiones que la vida, esa vida monótona en la que la lucha por la supervivencia en una sociedad en la que, día a día, el materialismo impone su ley, muchas veces sin respetar los más míninios principios de lo que debería ser una convivencia en orden, paz, libertad y, sobre todo, justicia hará un año que los medios de comunicación social se hacían eco de una noticia: "Los 23.000 presos se declaran en huelga de hambre".Sus peticiones eran la aprobación del nuevo Código Penal, la aceleración de los trámites judiciales y otras. Por primera vez, en las prisiones se había emprendido una justa reivindicación, éstos eran los unánunes comentarios de toda la Prensa, incluidas las emisoras de radio y TV, cuyo director, don Fernando Castedo, dedicó un buen informe.
Esta actitud reivindicativa se mantuvo por más de una semana, durante la que se sucedieron las promesas, las reuniones, visitas de parlamentarios y una larga serie de etcéteras. Se llegó a redactar y llevar al Consejo de Ministros un proyecto de ley de reforma parcial del Código Penal, el cual fue aprobado con carácter de urgencia y enviado a la Comisión de Justicia del Congreso en fecha 26 de febrero de 1982.
Desde esta fecha nada más he mos sabido los que componemos la población penal española de cuándo este proyecto de ley se vz a hacer realidad.
Entre tanto, el orden y la calma calma tensa, eso sí, invade la vida esa vida, rutinaria y sin sentido que viven los presos. Sentimos impotencia al pensar que mientras los que infringuinos la ley estamos pagando nuestro error, en muchos casos ese error ha sido de la sociedad, al no saber cuidar los medios que hacen al delincuente los que de un modo u otro en nuestro Estado hacen cumplir la ley, los mismos, ellos. mismos, están infrin giendo esa misma ley, al estar juz gando y aplicando las penas, con un Código que infringe la supremacía legal de nuestra Constitución.
Hemos también de reconocer que, por parte de las instituciones penitenciarias y sus componentes, inspectores, directores de centro jefes de servicio y funcionarios todos, bajo latutela del juez de vigilancia penitenciaria, están haciendo tremendos esfuerzos para adecuar paulatinamente los centros y sus regímenes de vida más acordes ala ley, pero la falta de medios por parte de la Administración lo hacen imposible.
En nuestro caso concreto de la Prisión Modelo, hace muy pocos días que tenemos un nuevo dírector, con unas ideas renovadoras, las cuales deseamos puedan elevarse a la práctica, como es su deseo, y no se tengan que ver frustradas, como las de su antecesor, a pesar de sus buenas intenciones.
Los presos somos personas, y como personas formamos parte de una sociedad que, aunque de cierta forma nos hemos marginado, no es menos cierto que la prisión está constituida como tal para cumplir una función social.
Para terminar este escrito, quisiéramos citar o aconsejar la lectura de un artículo aparecido en la revista de temas judiciales Instancia, en la que el fiscal señor Villarejo, firma un trabajo con el título Las prisiones, un reto a la democracia, en cuyo contenido, una vez más, se nos da la razón, esta razón que en octubre hará un año nos reconocieron, a pesar de que en las prisiones todo sigue igual. / de la Prisión Modelo de Barcelona.
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