El fallecimiento de Maldonado no influirá en Mundiespaña

El director de coordinación de Mundiespaña, Carlos Arnaiz, manifestó ayer a EL PAÍS que el fallecimiento de José María Maldonado, consejero delegado de la empresa, no alterará absolutamente nada dentro de la misma y todo seguirá su curso normal: "Mudiespaña, según figura en los contratos que se firmaron en su día, dejará de existir el 31 de diciembre y, normalmente, todo seguirá tal y como estaba previsto", añadió.

Arnaiz se mostró precavido y muy prudente cuando fue requerido por este periódico pocas horas después del entierro del que en su día fue presidente de Marsans. No obstante, mostró cierta indignación por las informaciones aparecidas en algunos medios: "ahora va a resultar que nadie se muere de un paro cardiaco y que esto resulta una circunstancia extraña. Además, hay un clarísimo certificado de defunción firmado por un médico. Son ganas de complicar las cosas. Por otro lado, después de lo que ha supuesto la actividad en el Mundial y las críticas que hemos tenido que soportar, la forma en que ha fallecido Maldonado no tiene nada de extraño".Sobre la investigación que en estos momentos lleva a cabo la secretaría de Estado sobre la gestión de Mundiespaña y la justificación de cuentas que dijo el consejero delegado que haría en su día, tema que se ha prodigado mucho últimamente en los medios de comunicación, tampoco habrá variaciones: "desde siempre -aclaró Carlos Arnáiz- el responsable fue Julio Abreu", director general de Mundiespaña desde que se creó y es él quien lleva todo. A Maldonado le nombraron consejero delegado todos los accionistas puestos de acuerdo cuando ya estaba formada la entidad. Por supuesto, serán estos accionistas los que se responsabilicen de los temas económicos, ya que ellos son parte interesada".

"Hemos hecho cosas mal -continuó Carlos Arnaiz, hombre vinculado desde hace muchos años al mundo del turismo a través de Wagons-Lits, agencia en la que trabaja- pero se ha hecho más ruido con estos errores que con lo que hemos hecho bien. En un trabajo de esta envergadura no puede salir todo perfecto. Admito que mi opinión sea parcial e inevitablemente interesada, pero ha dado la sensación de que hemos sido los únicos que nos hemos equivocado en una organización hecha en España".

El 31 de diciembre, fin

A partir del 31 de diciembre y una vez que se conozca la resultante de todas las cuentas de la gestión de Mundiespaña, cada uno de sus integrantes volverá a su agencia. Es decir, Mundiespaña se creó con una empresa, inevitablemente negocio, con motivo del Mundial-82 y ahí se acabó todo. Si la gestión y, sobre todo, el resultado final, ha sido positivo o no, los responsables de esta entidad, que nadie sabe aún cómo se creó y por qué, lo tendrán que decir en el plazo fijado. Mundiespaña ha sido, efectivamente, criticada con dureza, pero lo único que en estos momentos ya interesa aclarar es quién designó a esos profesionales para llevar a cabo la empresa y, sobre todo, si las cosas se han hecho honestamente. De esto también hablé Carlos Arnaiz, porque a través de todas esas críticas los profesionales del turismo se han visto en cierto modo afectados.José María Maldonado, muy requerido últimamente para que diera explicaciones de todo tipo sobre su gestión, era un hombre ignorado hasta hace tinos meses a nivel popular. El director de coordinación insistió nuevamente en que era injusto considerar su muerte como extraña porque Maldonado mantenía su vida normal e incluso veinticuatro horas después de su fallecimiento tenía pensado desplazarse a la costa levantina, Dehesa de Campoamor, donde tiene a la familia: "él se encontraba en Eurobulding-2 porque no había podido tomar vacaciones debido al intenso trabajo que tenía con motivo de ultimar todas las cuentas del campeonato". José María Maldonado se había desplazado este último fin de semana a San Sebastián para presenciar las carreras de caballos en el hipódromo de Lasarte en las que uno de sus caballos, Leopoldo, resultó triunfador. Reanudó sus actividades normales y elmartes a las 0.30 falleció.