Suárez y UCD

La UCD que Adolfo Suárez abandona no guarda ninguna relación con la joven coalición dinámica que había concebido cuando el Rey le encargó llevar a cabo la transición entre la dictadura y la democracia.El partido que se aferra ahora al poder ofrece una imagen desoladora de divisiones, de clientelismo feroz, de querellas en las que las personas tienen más importancia que las ideas, pues lo que caracteriza sobre todo a UCD es, hoy, su ausencia total de programa político y de líneas directrices. UCD no tiene más que un solo objetivo: impedir al PSOE que gane las próximas elecciones.

El antagonismo de las dos grandes tendencias en el seno del partido se había manifestado brutalmente en el congreso de Palma de Mallorca, en enero de 1981: el ala conservadora (democristiana), ante la sorpresa general, había obtenido la dimisión de Adolfo Suárez, próximo al ala progresista. Pero Suárez no estaba liquidado políticamente. Elegido presidente de honor de UCD, conservaba el dóminio de todo el aparato provincial del partido, puesto que este último era el mismo que el del Movimiento, del cual había sido secretario general con Franco.

Sin embargo, habiéndose librado de su presencia pública, UCD se lanzaba en una aventura que no le ha llevado a nada: se hablé de la gran derecha, de una mayoría natural, se proyectó una fusión con el partido conservador de . Manuel Fraga, Alianza Popular, pero a la vez se afirmaba que UCD era el centro y que no cambiaría. (...)

Así se dibuja el mapa de las-préximas elecciones: entre dos gigantes (el PSOE y Alianza Popular), dos, tres, cuatro pequeñas formaciones centristas (entre ellas, UCD) que ofrecerán sus servicios al vencedor para ayudarle a lograr la mayoría absoluta.

29 de julio