Alfonso Cabeza se marchó con bronca y sin flequillo
La etapa fútbolístiat de Alfonso Cabeza terminó ayer. Salió casi por pies de la asamblea del Atlético celebrada ayer en Madrid: abroncado y sin flequillo. De no existir Porta, en la historia periodística del fútbol español habría que hablar de antes y despues de Cabeza. Sus seguidores le definen como un angel. Para sus detractores -la mayoría de los socios del club madrileño- ha sido un angel, sí, pero exterminador del Atlético. El fútbol le ha dado popularidad, y dinero: del despacho de director de La Paz ha pasado a showman de discoteca y a hacerle sombra radiofónica a las riguras del medio.
Alfonso Cabeza quiso arrasar con todo, a su modo y manera, cuando llego a la presidencia del club madrileño, hace dos años, en sustitución de Vicente Calderón. Quizá su mejor y única virtud radicó en las broncas continuas que le organizó a Porta, presidente -dimisionario y arrepentido- de la Federación Nacional de Fútbol, y al actual montaje futbolístico. Pero esto no llevaba aparejada una gestión acorde con las necesidades de su club, que él afirma cogió ya en la bancarrota. ¿Que hizo para solucionarlo?. Aumentar considerablemente los gastos, las primas, las fichas. La locura. Intentó convertirse en mártir para los socios rojiblancos. Al principio, muchos le creyeron. Era una especie de mesias. Congregó en el Manzanares a más de 10.000 aficionados, para comer tortilla y oir el partido con el Madrid, en el campo del eterno rival, por la radio. Ya se había perdido la Liga "por culpa de Porta, Plaza y los árbitros".Para seguir en la cresta de la ola, a Cabeza sólo le faltó enfrentarse consigo mismo. Mientras se le abrían expedientes por declaraciones explosivas, se le apartaba con dieciséis meses de sanción, recibía querellas y acudía a los Juzgados, empezó a vender la popularidad que había adquirido al frente del Atlético de Madrid. Escribió dos libros, acudió a las discotecas que le reclamaban para contar sus gracias, y hasta se le contrató para comentar partidos de fútbol. Lo que sus directivos no pudieron soportar fue su virtual abandono del club para realizar comentarios de la Vuelta Ciclista a España en una emisora radiofónica. Y en eso sigue.
Cabeza es médico de las Cajas de Ahorro y forense en Alcalá. Ayer abandonó el mundo del fútbol. Con el flequillo cortado, en medio de un fuerte abucheo y algún que otro aplauso, en especial de algunas de las señoras presentes en la asamblea del club rojiblanco. "Pero he venido, a dar la cara, como los hombres. Y no como otros, por ejemplo Vicente Calderón, que está en Houston adelgazando. Y conste que no he podido decir todo lo que quisiera, porque esto era como una corrida, donde antes de iniciar el diestro la faena, una parte del público ya está en su contra".
Sudoroso, jadeante, nervioso, Cabeza se marchó. No cortó orejas, y tampoco pudo dar la vuelta al ruedo en su última faena. Pero amenazó con volver "quizá cuando pase algún tiempo. Por ahora me voy a tomar unas largas vacaciones. Despues de las cosas que he visto aquí y durante el Mundial, no tengo ganas de quedarme". Tampoco se lo permítirían. Más información en página 29
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