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Paralizado el sector naval de la bahía de Gijón

Más de tres mil trabajadores pararon ayer en el sector naval de la bahía gijonesa en solidaridad con los veinticuatro detenidos de Cantábrico y Riera, sociedad en suspensión de pagos, tras los violentos enfrentamientos surgidos ayer con la Policía Nacional. En la mañana de ayer la policía disolvió con botes de humo, pelotas de goma y toletazos una manifestación de más de mil trabajadores cuando circulaban por la calle del Marqués de San Esteban. Algunos manifestantes fueron golpeados incluso en el momento en que trataban de refugiarse en los locales de la UGT de Gijón, según Eduardo Lafuente, secretario del Metal del sindicato socialista, quien aseguró que algunos efectivos oficiales llegaron a franquear la puerta de la central sindical.

En los enfrentamientos de anteayer y ayer entre los trabajadores y la policía resultaron heridas ocho personas, cinco de ellas miembros de las fuerzas de seguridad. Un policía nacional recibió ayer una pedrada en la cabeza y hubo de ser hospitalizado. El gobernador civil de Asturias, Ricardo Larrainzar, hizo pública una nota en la que detalla las acciones violentas protagonizadas por los trabajadores desde hace dos meses, tales como la quema de barcos, los incendios de neumáticos de camiones en plena calle, los cortes de tráfico y frecuentes choques con la policía, que rodea las instalaciones de los astilleros Cantábrico y Riera, actualmente en suspensión de pagos.La plantilla de esta empresa protagonizó movilizaciones espectaculares en defensa de sus puestos de trabajo y para reclamar los salarios que les adeudan los propietarios.

La presencia de la fuerza pública en las proximidades de los astilleros Cantábrico y Riera y las acciones de protesta realizadas por sus trabajadores provocaron en los últimos días un clima de creciente tensión, que se desbordó en la mañana de anteayer cuando un grupo de esposas de éstos protestaron por la permanencia de los policías junto a la factoría.

Las mujeres se plantaron en la carretera inmediata y grupos de trabajadores salieron de los astilleros con barras de hierro y piedra, protagonizando duros choques con las fuerzas de seguridad. Instantes después la policía irrumpió en el interior del astillero, desalojó a los encerrados en un barco y detuvo a 24 personas. Momentos después, grupos de trabajadores salieron de la factoría con barras de hierro y piedras, siendo repelidos duramente por las fuerzas de seguridad.

Los sindicatos reaccionaron con la convocatoria de una huelga de veinticuatro horas para ayer, que será prolongada hasta el próximo miércoles como consecuencia de los últimos incidentes. El gobernador civil afirmó que la manifestación, enérgicamente disuelta ayer, pretendía cortar el tráfico de la autopista que une a Gijón con Oviedo y Avilés, mientras que Eduardo Lafuente desconocía los propósitos de la movilización organizada espontáneamente.

El recrudecimiento de los enfrentamientos entre los trabajadores y la policía se produce justamente cuando el director de Cantábrico y Riera se ha decidido a solicitar de la Caja de Ahorros de Asturias una línea de crédito para tratar de reanudar la actividad laboral del astillero.

El protagonismo de la corriente de izquierda desgajada de CC OO, la oposición de los trabajadores del astillero público Constructora Gijonesa a integrarse en un holding privado resultante de la fusión de los astilleros de la bahía de Gijón y la falta de entendimiento entre los empresarios dificultan la aparición de una salida que garantice el mantenimiento de la actividad de este sector.

Los representantes de los cuatro astilleros (Cantábrico y Riera, Marítima del Musel, Constructora Gijonesa y Duro-Felguera) están de acuerdo en que posiblemente la única solución capaz de evitar el cierre de todos ellos, con la excepción del de titularidad pública, es la fusión en una unidad competitiva; sin embargo, las dificultades para concretar este proyecto son cada día mayores.

En la última reunión de los empresarios, el portavoz del INI, propietario de Constructora Gijonesa, insistió en que no asumirá en el holding resultante más de un tercio del capital. A las dificultades de entendimiento entre los empresarios han venido a sumarse las contradictorias declaraciones de los sindicatos respecto de las emitidas por los comités de empresa.

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