Rafael Escuredo forma en Andalucía un Gobierno de socialistas y profesionales independientes

Rafael Escuredo anunció oficialmente ayer la composición de su gobierno, cuya lista coincide en todos los extremos con la ya publicada. Al menos seis de los miembros de la Comisión Ejecutiva del PSOE de Andalucía formularon objeciones al nombramiento del independiente Juan Manuel Castillo como consejero de Turismo, Comercio y Transportes, según informaron a EL PAIS fuentes de la propia dirección socialista. No obstante, tanto Escuredo como el secretario general del PSOE andaluz, José Rodríguez de la Borbolla, de quien partió la iniciativa de este nombramiento, defendieron a Castillo por su eficacia y competencia.

La designación de Castillo, un nombre muy vinculado al empresariado sevillano y director de la Feria de Muestras de la capital andaluza, fue finalmente ratificada, en vista del apoyo de Escuredo y De la Borbolla, y de que nadie proponía un nombre alternativo.Con este nombramiento, los dirigentes del PSOE avanzan una posibilidad de cooperación con la Confederación de Empresarios de Andalucía, aunque tampoco se hacen muchas ilusiones de que sus relaciones con la patronal puedan parcializarse a través de una consejería determinada.

Durante la reunión de la ejecutiva para confirmar la composición del Gobierno monocolor -obligada por los estatutos aprobados en el congreso del PSOE celebrado en Granada en enero de 1982- volvió a aludirse de pasada a la oposición manifestada por la Federación de Trabajadores de la Tierra, de UGT, a otro de los independientes nominados por Escuredo: Miguel Manaute, consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, procedente del sindicalismo campesino, a quien los líderes ugetistas atribuyen una gran versatilidad en su encuadramiento político.

Prácticamente, éstos han sido los únicos problemas a que ha tenido que enfrentarse en la formación de su gabinete el presidente Rafael Escuredo, cuyas relaciones con el aparato del PSOE son hoy las más cordiales de los últimos años. Con la incorporación de un tercer independiente, Javier del Río, en la cartera de Hacienda, el presidente cumple las promesas efectuadas durante la campaña electoral en el sentido de que integraría en su gabinete a varios independientes relacionados con importantes sectores sociales y, en general, a personas de reconocida competencia técnica en sus respectivos ámbitos.

Imagen de eficacia y profesionalidad

En realidad, la dirección socialista al máximo nivel se ha planteado seriamente la necesidad de ofrecer a los ciudadanos una imagen de eficacia y profesionalidad, a través de este primer ejecutivo socialista en una comunidad autónoma, independientemente de la perturbación que supondrá de hecho la convocatoria de elecciones generales. A esta intención obedecería la llegada a la consejería de Economía, Industria y Energía del granadino Julio Rodríguez, a quien en medios políticos solventes se considera llamado a más altas responsabilidades, de modo que su actuación en Andalucía supondría un rodaje personal en las tareas de gobierno.Rafael Escuredo logró también parcialmente su propósito de incorporar al gobierno regional a varios miembros de la dirección socialista andaluza, incluyendo en Gobernación al propio secretario general, Rodríguez de la Borbolla. Sólo el presidente regional del PSOE, Luis Yáñez, rehusó su oferta de hacerse cargo de la consejería de Salud y Consumo, en base a una serie de razones que van desde la conveniencia de no descuidar las tareas de fortalecimiento del partido hasta su deseo de ocuparse de nuevo de los temas de política exterior, ante un eventual triunfo socialista en las elecciones generales.

El próximo día 28 la comisión permanente de la ejecutiva regional socialista se reunirá con el consejo de gobierno para analizar en concreto la organización del gabinete y las consejerías, y ratificar los nombramientos políticos que quiera hacer cada consejero.

Prudencia en las reacciones

Las primeras reacciones a la composición del Gobierno andaluz fueron críticas en la izquierda y de expectativa en el centro y la derecha, aunque todos los líderes consultados han sido extremadamente moderados en sus manifestaciones y han matizado en todos los casos que hablaban a título personal, ya que sus respectivos colectivos de dirección no se habían pronunciado al respecto.Las actitudes más críticas en relación con el gabinete procedieron de la izquierda. El secretario general del Partido Comunista de Andalucía, Felipe Alcaraz, indicó que con el nombramiento de Juan Manuel Castillo como consejero de Turismo, en un intento de acercamiento del PSOE a la patronal, "los socialistas se distancian cada vez más de un programa auténticamente socialista", matizando que los comunistas no harían ningún tipo de obstrucción al ejecutivo.

Por su parte, Emilio Pérez Ruiz, secretario de información del Partido Socialista de Andalucía, declaró que su grupo concedía al Gobierno los cien días de rigor para analizar su actuación, pero que, en cualquier caso, "se echa en falta el tan pregonado andalucismo de Rafael Escuredo", haciendo alusión a que en el Gobierno figuran personas no destacadas por su lucha en favor de un poder andaluz, sino todo lo contrario.

Al contrario de los comunistas, Ricardo Mena, presidente del grupo parlamentario de Alianza Popular, aplaudió la presencia de Castillo en el gabinete socialista, ya que esta medida puede denotar que el ejecutivo pretende abarcar y dar satisfacción a los más amplios sectores de Andalucía y, por tanto, hacer bien las cosas. Carlos Rosado, secretario general de UCD de Andalucía, calificó al Gobierno de flojo por la ausencia de algunas personalidades de más prestigio, frente a otras que sí han sido incluidas en el mismo.