Alexis Romanov,
hijo del último zar ruso, no fue curado de hemofilia por los poderes de Rasputín, sino gracias a unos medicamentos tibetanos. Así se lo han comunicado los integrantes del congreso de la juventud tibetana en una carta a Leónidas Brezney. Los jóvenes tibetanos han enviado al dirigente soviético una muestra de estos medicamentos que al parecer curan todas las enfermedades. Dalai Lama, máximo dirigente religioso tibetano, exiliado desde 1959, es el director del centro sanitario de Dharamsala.
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