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El parqué no está para alegrías

"La bolsa no está para alegrías". Con esta frase, procedente de la más honda sabiduría popular, que expresaba un pequeño inversor en la mañana de ayer en el parqué madrileño, se resume lo que ha sido la evolución del mercado de valores en la jornada de cierre de la semana.Los esfuerzos y el interés que manifestaban los bancos por pretender dar al mercado de acciones un aire discretamente optimista se vieron obstaculizados ayer por la acción, probablemente, de esos pequeños inversores que desconfían profundamente en el futuro inmediato del mercado, quienes en poco más de media hora generaron unos saldos vendedores para la mayor parte de los miembros del selecto club de los siete, en que sólo conseguía salvarse el Santander, que dejaron bastante en evidencia las manipulaciones de días anteriores.

Aunque las diferencias vendedoras no resultaban excesivamente abultadas, sí pusieron claramente de manifiesto que los inversores individuales no están por la labor de hacer el juego a las políticas particulares de los grandes grupos, y ayer, tras el conato de reanimación más o menos forzada de las dos sesiones anteriores, los operadores a corto no se contagiaron de la alegría que se pretendía promover, y ante la posibilidad de que realmente los bancos estén dispuestos a subir los precios de sus acciones como sea comenzaron de nuevo a ofrecer el papel que habían retirado el pasado fin de semana,

En el mercado madrileño, únicamente continuaban manteniendo una tendencia positiva Bilbao y Santander, con mejoras de tres y cinco puntos, respectivamente. El resto "repetían, y gracias", apostillaba un castizo ante las operaciones de compra de sus propias acciones que realizaron una buena parte de estas entidades.

Pero el mal ambiente o, mejor dicho, su empeoramiento no sólo afectó al grupo de bancos; las eléctricas, a las que se auguraba un porvenir más prometedor en función de la baja de tipos de interés en el mercado interbancario que se viene observando en los últimos días, bajaron casi en bloque ante la sorpresa de más de un especialista.

La razón que se daba a este repentino cambio en lo que parecía una orientación común a casi todos los agentes del mercado se basaba en las previsiones de que vuelvan a subir nuevamente los tipos de interés que se practican en las operaciones a corto plazo en el mercado interbancario a fin del presente: mes.

Por el momento, los datos que se tienen apuntan que se ha producido un discreto reajuste en el crecimiento de las disponibilidades líquidas, que, según los datos del mes pasado, han crecido de una forma más coherente con los objetivos que marca la política monetaria del Gobierno.

Del comportamiento observado en la reunión de ayer en algunos medios se ha sacado la impresión de que las subidas de días atrás constituían un repunte técnico y que a lo más que se puede aspirar es a la consolidación de estas mejoras y, en definitiva, a quebrar la brusca tendencia negativa de días pasados.

Los cierres han sido negativos, y hay que destacar que los avances de los índices generales se han producido normalmente en función de las importantes ganancias de Telefónica, que ayer avanzaba dos sorprendentes puntos en el mercado madrileño.

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