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La reunión del Consejo Político de UCD

Landelino Lavilla retira temporalmente su candidatura a la presidencia de UCD

El candidato a la presidencia de UCD, Landelino Lavilla, suspendió ayer temporalmente su candidatura tras el tenso enfrentamiento que se produjo en la reunión del consejo político como consecuencia de una inesperada intervención de Rodolfo Martín Villa. Todo parece indicar que Lavilla prefiere esperar a que los miembros del consejo, máximo órgano entre congresos, se pronuncien sobre las dos cuestiones ideológicas que en estos momentos determinan el futuro del partido: la política de alianzas con otras fuerzas políticas y el reconocimiento o no de las tendencias. El candidato condiciona su última decisión y la oferta de su propio proyecto al resultado de este debate, que se reanudará hoy a las diez de la mañana.

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Emilio García Pumarino,

Para algunos observadores, Landelino Lavilla podría haber aprovechado el desconcierto creado tras la intervención de Martín Villa y las profundas divisiones que ésta originó, para intentar aunar en torno a su candidatura el mayor número posible de votos y forzar un compromiso de adhesión incondicional a su persona como presidente centrista.Después de que el presidente dimisionario, Leopoldo Calvo Sotelo, y el secretario general centrista y presidente del partido en funciones, Iñigo Cavero, pronunciaran sendos discursos ante los miembros del consejo político, Rodolfo Martín Villa levantó la mano para solicitar la palabra. Los ministro Pío Cabanillas y Juan José Rosón sentados a su lado, se apresuraron a aconsejarle que no dijera nada, porque cualquier conflicto, por pequeño que fuera, podría alterar el orden del día establecido: primero, discurso ideológico y operativo de Landelino Lavilla, y después, debate sobre el documento aprobado por el Comité Ejecutivo el pasado día 3, cuyo contenido respeta, una por una, las tesis de Suárez. Tanto Rosón como Cabanillas estaban convencidos de que, aprobado, el discurso de Lavilla, no había lugar a debatir el segundo documento.

Sin embargo, desoyendo sus recomendaciones, Martín Villa propuso que se votara si debía comisionarse a un grupo de personas que, en nombre del Consejo Político, requerirían la presencia de Suárez en la reunión. Martín Villa argumentaba que no se podía debatir el futuro de UCD sin saber qué proyectos tiene en mente el ex presidente del Gobierno. "Si Adolfo Suárez hace su propio partido", dijo el vicepresidente político, "a UCD no le quedará más remedio que ir a la alianza con Fraga, aunque yo no estaré en esa alianza". Martín Villa intentó justificar su propuesta alegando que la presencia de Suárez no era solicitada con el fin de tenderle una trampa, sino intentar lograr la clarificación. Antes de finalizar, el vicepresidente político, que protagonizó el único voto en contra a las condiciones del candidato en la reunión del ejecutivo, se comprometió públicamente a apoyarle ahora.

Dos suaristas, Juan Manuel Reol y Jesús María Viana, se levantaron para defender al ex presidente y atacar -más Viana que Reol- la actuación de Calvo Sotelo durante la crisis. Viana relató su versión. de lo ocurrido en una de las últimas reuniones del ejecutivo: "Cuando nos reunimos los 36 miembros del ejecutivo, después de que Calvo Sotelo, Lavilla y Suárez intentaran llegar a un acuerdo, Calvo Sotelo nos dijo que no había sido posible tal acuerdo debido a la postura intransigente de Suárez, que deseaba plenos poderes en el partido, condición esta que ninguno de los otros interlocutores pudo aceptar". (Esta fue la versión facilitada después por el presidente del Gobierno a los informadores).

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Páginas 12 y 19

El Consejo Pólitico de UCD se reanudará hoy con un debate sobre el documento aprobado por el Comité Ejecutivo

Viene de la primera página"Pues bien", prosiguió Viana, "no es cierto que Suárez pidiera plenos poderes, sino amplios poderes. Y lo más vergonzoso del asunto es que nadie, absolutamente nadie, le preguntó a Calvo Sotelo len qué habían consistido las condiciones concretas de Suárez ni las propuestas que ambos le hicieron a él. Se limitó a presentarle como el culpable de la falta de acuerdo". "Sólo la vergüenza a salir al exterior nos mantenía atados a las sillas.", prosiguió, "Después vimos que a Suárez le negaba la presidencia y a Lavilla no sólo se la ofrecía sin pedir explicaciones, sino que le prestaba su apoyo antes de saber las condiciones del candidato y, por añadidura, con una cláusula sucesoria antiestatutaria".

En síntesis, la intervención de Viana tuvo dos mensajes claros: resaltar que Lavilla, el perdedor del Congreso de Palma era ahora ascendido a la presidencia del partido con plenos poderes, y advertir que a Adolfo Suárez se le debía dejar en paz de una vez por todas. "Tenemos que respetar la libertad de Suárez para que haga lo qúe cree que es más conveniente, sobre todo después de que sus propuestas para salir de la crisis de UCD le hayan sido rechazadas".

Juan Manuel Reol vino a decir lo mismo: "No hay que trasferir la responsabilidad fuera de este recinto", y añadió a continuación que la propuesta de Martín Villa no debía votarse.

Inmediatamente después, Landelino Lavilla señalaría: "Lo que acaba de ocurrir aquí revela algo muy signiticativo: que no hay acuerdo sobre las cuestiones de fondo". "Aunque partimos de una realidad incuestionable, el hecho de que UCD es un partido profundamente dividido", siguió diciendo el candidato, "es necesario que clarifiquemos un proyecto de centro común para todos; no que cada cual tenga el proyecto que más le interesa". Tras disparar contra Viana, al decirle: "Los que ganaron el Congreso de Palma han sido los que han desestabilizado UCD", Lavilla propuso que se alterara el orden del día y que primero se debatiera el documento ideológico y, después, se votara su candidatura. Este periódico ha podido saber, por una fuente muy próxima al candidato, que éste presentará hoy su propio proyecto para el partido, "que supera, con mucho, el aprobado por la ejecutiva".

Tras la intervención de Lavilla, Iñigo Cavero manifestó que recogía la propuesta de Reol y que, bajo su exclusiva responsabilidad, se negaba a someter a votación la propuesta de Lavilla. Acto seguido, dijo: "Ante la gravedad de lo que ha ocurrido aquí, lo mejor será tomarnos un receso de quince minutos".

Dicha pausa fue una sucesión interminable de caras largas, desconcierto y conspiraciones entre pasillos. Cabanillas y Rosón comentaban: "Martín Villa ha cometido un grave error al intervenir como lo ha hecho. Le hemos avisado pero no nos ha hecho caso. Hoy (por ayer) tiene la tarde terca".

Fernando Abril, por su parte, auguraba no sin cierto pesimismo que "la dinámica objetiva camina hacia la coalición con AP", mientras que Viana revelaba a los informadores las condiciones de Suárez durante sus encuentros con Lavilla y Calvo Sotelo. "El se comprometió a aceptar la presidencia del partido con el poder suficiente para cambiar caras, porque a algunas de las que hay ya no las vota nadie, y para aplicar la disciplina ante ciertos comportamientos que han caracterizado a este partido, haciéndole un daño irreparable. Al mismo tiempo Suárez se comprometió a no ser el candidato a la presidencia del Gobierno, es decir, el número uno de la lista por Madrid, ni en esta legislatura ni en las siguientes. No se le aceptó y Calvo Sotelo ha ofrecido una versión absolutamente falsa de lo ocurrido". "No puedo aventurar si detrás de todo esto está la alianza con Fraga", concluyó Viana, "pero a la vista de lo que sucede, mucho me temo que por ahí van los tiros y ello nos obligará más tarde o mas temprano, yo diría más temprano que tarde, a formar nuestro propio proyecto político al margen de UCD".

Los rumores sobre un pronto abandono de UCD por parte de su creador y expresidente, Adolfo Suárez, se veían contrapesados, entre los asistentes al Consejo por las contradicciones acerca de si Suárez, tras su salida, Regará o no a formar un partido político. Esta incertidumbre, compartida por muchos secretarios provinciales que se reclaman a sí mismo suaristas, hizo que muchos de ellos asistiesen, contra lo que tenían inicialmente planeado.

Las precisiones de Suárez

La dura nota emanada ayer por la mañana del despacho de abogados de Adolfo Suárez, especificando que "no existe un sector suarista" y que no se ha dado ningún tipo de consigna para evitar la asistencia de los miembros del Consejo Político más próximo a su posición a la reunión de ayer contribuyó a incrementar la confusión. Por todo ello, la asistencia de miembros del Consejo Político a la reunión de ayer fue bastante más numerosa de lo esperado, registrándose la concurrencia de algo más de 220 de los 248 que integran el Consejo Político. En principio esto se interpretaba como un refuerzo al triunfo de la candidatura de Lavilla, abiertamente apoyada por los sectores democristianos y liberal, así como por los llamados leopoldistas.

A la hora de escribir esta crónica, se desconocía cual será el sentido del voto de los azules, máxime después del incidente originado por la intervención de Martín Villa, que desagradó profundamente a hombres vinculados a este sector como Juan José Rosón y Pío Cabanillas. Algunos azules habían manifestado a EL PAIS que votarían afirmativamente la candidatura de Lavilla, si bien exigiendo ciertas garantías".

La lucha por la secretaría

Y entre estas "garantías" podría encontrarse la negociación del nombre que debe ocupar la secretaría general del partido en el provable caso de que Iñigo Cavero sea sustituido al frente de la misma. Aparentemente, Landelino Lavilla, quema nombrar secretario general a un hombre de su total confianza, como es el actual secretario de Formación, Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona, un "histórico" de UCD, que ha sido ministro con Suárez que se encuentra dentro del sector democristiano y que está considerado uno de los máximos teóricos de la necesidad de un centro político.

Sin embargo, la figura de Juan Antonio Ortega, no parece resultar el total agrado de los azules, que quisieran imponer un hombre-puente, comio Jaime Lamo de Espinosa, una figura que trata de mantenerse alejada de los fraccionalismos en el que se divide la UCD, aunque no resultase ajeno al intento de pacto entre Calvo Sotelo y los martinvillistas.

Esta lucha por la secretaría general pueden desembocar de alguna forma inesperada, aunque no se descarta que Lavilla trate de frenar las luchas internas mediante un reparto equitativo de cargos en el secretariado. Este "delicado equilibrio" podría hacer que Lavilla conjuntamente con Calvo Sotelo jugasen con la remodelación del gobierno para compensar la pérdida de poder de alguna familia a la hora de recibir cargos en el aparato del partido, y viceversa.

Se especula con que el ala democristiana presiona fuertemente al actual presidente del Congreso de los Diputados para que, al tomar las riendas de UCD influya, a su vez, sobre Calvo Sotelo para que arrebate de las manos de Rosón el control del Ministerio del Interior, lo que lleva aparejado el control de los gobiernos civiles. Un boletín confidencial editado en Madrid sugería ayer la posibilidad de que, a cambio de su pérdida en interior, Rosón recibiese la difícil cartera de Defensa. Pero hasta el momento, no ha habido confírmaciones oficiales a estas primeras quinielas de ministrables.

La rigidez de los miembros del Consejo Político llegó incluso, al punto de no permitir la entrada en la reunión de algunos parlamentarios centristas que pretendían acceder a la misma, problema que resolvió Jaime Lamo.

La sesión de hoy promete ser tormentosa, dado que anoche nadie estaba seguro de que Lavilla no plantee nuevos inconvenientes. Una noche de meditación puede volver aún :mas escéptico a Lavilla, convencido, en estos momentos, de que aceptar el cargo va en contra del sentido común.

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