Reclusos africanos se cosen la boca en la cárcel de Barcelona
Un grupo de presos norteafricanos y senegaleses, de la cárcel Modelo de Barcelona, procedieron ayer a autolesionarse cosiéndose la boca con aguja e hilo. El motivo de esta actitud es protestar por las largas permanencias a que se ven sometidos mientras esperan su expulsión de España por no disponer de pasaporte y medios de vida.
Desde el pasado miércoles, un centenar de presos aproximadamente, todos ellos pendientes de expulsión, y en su mayoría africanos, se declararon en huelga de hambre para protestar por su larga reclusión, que en ocasiones llega a los seis meses, sin que pese sobre ellos otro cargo que la carencia de documentos en regla y la falta de medios de vida. La noticia de la huelga de hambre fue difundida por la comisión diocesana de emigración y desmentida a un redactor de este diario por las autoridades de la cárcel Modelo que afirmaban que no se trataba estrictamente de una huelga de hambre sino que los presos habían adoptado una "aptitud pasiva". Sesenta y cinco presos de los casi 300 extranjeros que hay en estos momentos en la Modelo fueron recluídos en una galería de castigo, si bien la dirección del centro creía que el problema estaría solventado en breve.Al parecer, algunos reclusos han abandonado la huelga de hambre pero otros la mantienen y algunos han procedido a autolesionarse. La protesta esespecialmente aguda entre los presos de religión musulmana, a los que se les suministra el mismo régimen alimenticio que al resto de los encarcelados, sin tener en cuenta la prohibición de comer cerdo que establece su religión. Algunos presos que han intentado cumplir el Ramadán, que prohíbe comer antes de la puesta del sol, se ven imposibilitados, puesto que sólo se les suministra comida a las horas reglamentarias.
Según un miembro de la comisión diocesana, los presos comprenden que algunos países, como Francia o Inglaterra, no admitan la entrada de extranjeros que no justifiquen medios de vida, pero les parece incongruente que se les deje entrar en el país y luego se les detenga por estar dentro.
Las redadas de extranjeros se han incrementado durante el Mundial de fútbol, produciéndose casos verdaderamente irregulares. Dos argelinos que había acudido a ver la inauguración del campeonato fueron detenidos como sospechosos porque uno de ellos tenía una cicatriz en la cara.
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