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Ballesteros y Nicklaus, con cuatro bajo par, deleitaron

Poco a poco, en cuentagotas, esa es la verdad, el Cultural-82 va consiguiendo ofrecer auténticos espectáculos. Ayer le correspondió al golf en las instalaciones de La Moraleja de Madrid. Severiano Ballesteros y Jack Nicklaus fueron los protagonistas. Hicieron un recorrido de 18 hoyos y sumaron 68 golpes cada uno, cuatro bajo par. Los dos campeones, calor y número de golpes al margen, deleitaron. Después del recorrido hubo protocolaria y burocrática entrega de premios. A continuación exhibición pedagógica y conferencia de Prensa a la que asistió Raimundo Saporta, que también estuvo al comienzo del encuentro.

A lo largo de los dieciocho hoyos, el español y el norteamericano arrancaron fuertes ovaciones y en algunos golpes propiciaron el asombro de los buenos aficionados. Ninguno de los dos jugadores quedó satisfecho de su recorrido. La temperatura fue, sin duda, una excelente disculpa porque aquello no se podía aguantar. En cualquier caso ahí están esos cuatro bajo par. Junto con la actuación de los Rolling Stones, fue de los pocos actos que no decepcionaron y los dos jugadores dejaron muestra de su clase y condición humana, por mucho que se quiera acudir al dinero que se llevó cada uno, como justificación a su actitud.El acuerdo económico era que el ganador se embolsaría un millón de pesetas y el perdedor nada, aunque se puede asegurar que algún obsequio recibiría. El Real Comité Organizador entregó un talón de un millón. Al acabar en empate y tener que repartirlo, cosa que no estaba prevista, la federación hizo dos talones de quinientas mil pesetas y se quedó con el del RCOE.

Mucha igualdad

El partido fue de mucha calidad, pese a que un cuatro bajo par no sea nada del otro mundo, pero ambos jugadores dejaron constancia de su excepcional clase. La emoción fue constante. Los dos hicieron cinco birdies y un bogey. Nicklaus hizo uno bajo par en los hoyos número tres, cuatro, nueve, trece y dieciocho y uno sobre par en el dos. Ballesteros bajó del par en los tres, seis, doce, trece y dieciocho y lo superó en el quince.La igualdad fue tremenda. Ninguno daba su brazo a torcer. Cada vez se pensaban más los golpes. Los dos querían ganar. El público, conteniendo la respiración, explotaba en espectaculares ovaciones a cada golpe. Había pasión, pero no forofismo. Se quería el triunfo del santanderino, pero se aplaudía igualmente un golpe del hombre de Ohio, diecisiete años mayor que su rival (42 el norteamericano y 25 el español).

En el hoyo catorce Ballesteros tenía en su cartulina un cuatro bajo par. Aventajaba en un golpe a Nicklaus. El bogey que hizo el español en el quince estableció la igualada, que no se deshizo hasta el final. La emoción alcanzó su máximo exponente en el último hoyo al que llegaron igualados. Los dos hicieron birdie, pero ambos estuvieron a punto de conseguir el eagle, especialmente Seve que estuvo a punto de arrancar una clamorosa ovación, en el green. La bola bordeó el hoyo.

Fue una gran mañana de golf. Una delicia. Si los drive eran impecables y precisos, se pudieron ver approach realmente magistrales. A la hora de patear causaron el asombro de propios y extraños. Los dos maestros no desmerecieron y nadie salió decepcionado.

El español aficionado al golf es aficionado de verdad. Nadie pestañeó e incluso a las dos de la tarde cuando, una vez terminado el enfrentamiento, los dos jugadores hicieron una exhibición con explicaciones al micrófono, nadie se movió del césped y permaneció inmóvil bajo un sol de justicia. Nicklaus y Ballesteros explicaron toda la gama de golpes e hicieron hincapié en la importancia que tienen piernas y brazos, así como la colocación de los palos o hierros.

Fue inevitable que más de uno pensara que los dos jugadores se habían puesto de acuerdo para que se produjese el empate. EL PAIS le preguntó a Severiano Ballesteros que cómo se podría convencer a los que no habían visto el partido o no habían hecho mucho deporte, que no fue así, y respondió con su habitual filosofía: "naturalmente cada uno puede pensar lo que quiera, pero el empate es un resultado que se produce con mucha frecuencia y no tiene nada de particular. Explicarlo es cosa vuestra porque yo no sé escribir. Ya se ha visto que hemos ido a ganar. Es absurdo pensar otra cosa. Lo de repartir el dinero es lo de menos. Hemos venido aquí para que la gente disfrutase y para promocionar el golf. El resultado es lo de menos. Por otro lado le dije a Jack que podíamos ir al play off, pero no pudo ser porque la televisión ya no estaba y hubiera sido muy duro que al ofrecerlo en diferido hubieran dado el empate final y luego no dieran el play off Tampoco tiene mayor importancia en un encuentro como éste. El objetivo se ha cumplido".

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