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Varias ciudades españolas alcanzan las mayores temperaturas del siglo

Una depresión localizada en el Atlántico, en la zona comprendida entre el cabo de San Vicente y las islas Madeira, arroja estos días hacia España vientos del Sur que han producido las temperaturas más altas del siglo en algunas capitales de provincia, como Logroño, Pamplona o Lérida, que registraron 42º. Lo excepcional de la ola de calor que padece España estos días no está en la intensidad del mismo, sino en el hecho de que las zonas más castigadas hayan sido el alto Ebro, áreas mediterráneas y meseta norte, que no suelen registrar temperaturas tan altas. En Granollers se alcanzaron anteayer 48,8º.

En torno a las zonas de bajas presiones se forma un movimiento de los vientos en sentido contrario a las agujas del reloj. La actual amplia zona de depresión localizada al oeste de la Península provoca, pues, la entrada de vientos de Africa por todo el sur de España, en intensidad suficiente como para que su alcance sea notable en las regiones señaladas. Fuentes del Instituto Nacional de Meteorología informaron ayer que en la mitad sur de España las temperaturas, con ser altas, no suponían valores excepcionales, pero sí en el alto Ebro, donde se registraron estos días las máximas del siglo. Así, Logroño alcanzó ayer y anteayer los 42º, lo que supera la temperatura más alta del siglo en esta ciudad, que en 1957 sufrió los 40,6º. Lérida también alcanzó, con 42º, su mayor temperatura del siglo, dejando atrás los 40,8º de 1958, y lo mismo ha ocurrido en Pamplona, que ayer celebró un caluroso San Fermín, con 42º, temperatura a la que no se había acercado desde los 40,3º de 1947.Otras temperaturas espectaculares registradas ayer y anteayer han sido los 40º en Zaragoza, 39º en Madrid y Valladolid, 38º en Palencia y Barcelona y 37º en Segovía o Gerona. Menos excepcionales, aunque igualmente altas, son las temperaturas registradas en Murcia (41º), Albacete (40º), o las capitales andaluzas y extremeñas, las cuales han rozado los 40º.

No hay previsiones, según el Instituto Nacional de Meteorología, de que las temperaturas inicien un descenso en las próximas 48 horas, si bien lo que está ocurriendo estos días no supone que estemos frente a un verano más caluroso que de costumbre. En algunos lugares de la provincia de Barcelona las temperaturas se han visto incrementadas por la existencia de importantes incendios.

Granollers, ciudad situada a veintiocho kilómetros al norte de Barcelona, registró anteayer una temperatura de 48,8º a las cinco de la tarde, informa Francesc Arroyo. Se trata sin duda de un récord absoluto en lo que va de siglo en Cataluña. Ayer, en el observatorio Fabra, a 420 metros sobre el nivel del mar, se registró una temperatura de 39,8º, mientras que en el Puchet, a 198 metros de altura, se registraban 36,2º, y en las Atarazanas, junto al puerto, únicamente 31,5º.

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Ola de calor sin precedentes en el alto Ebro, meseta norte y áreas mediterráneas

Viene de la primera páginaEn la ciudad de Barcelona, la situación de calor está agravada por una densa capa de humo y partículas en suspensión, situada a unos quinientos metros de altura, procedente del incendio del macizo del Garraf, que se extiende de Sur a Norte sobre toda la ciudad con una extensión aproximada de cincuenta kilómetros, fenómeno que, a juicio de un meteorólogo del observatorio Fabra, podría contribuir al mantenimiento de las elevadas temperaturas, al impedir la refrigeración de la atmósfera en los niveles más bajos.

La temperatura máxima alcanzada en las últimas horas en Pamplona -sin duda la población en que más calor está haciendo de toda Navarra- ha sido de 42º. Desde el año 1947, en que se alcanzaron los 40,3º por estas fechas, no se habían registrado temperaturas aproximadas a la de ayer. Hasta el momento no se han registrado ingresos en los centros hospitalarios más importantes de Navarra como consecuencia de esta fuerte ola de calor. Ha habido, eso sí, algunas lipotimias y desmayos en algunos actos multitudinarios de los sanfermines-82. El calor que azota estos días a Pamplona se combate en plenos sanfermines con auténticas duchas de agua, arrojada desde ventanas o balcones, e incluso con champaña.

En la Rioja, el observatorio de la base aérea de Agoncillo, a pocos kilómetros de Logroño, registró una temperatura de 42º, la máxima más alta jamás alcanzada. La marca estaba situada hasta ahora en los 40º, registrados el 2 de agosto de 1957. A las 18.30 horas de ayer, la temperatura era de 41,8º. En Arnedo, a cuarenta kilómetros de Logroño, se llegó el martes a los 46º a la sombra.

41 grados en Zaragoza

Zaragoza alcanzó ayer los 41º de temperatura, y otros tantos ha tenido Huesca. Teruel, que está en plenas fiestas del Angel, aun siendo la provincia más fría de Aragón, se ha aproximado a los 39º. La temperatura más alta de toda la región la ha tenido la localidad de Caspe, donde se han registrado hasta 43º. El gran número de personas que ha decidido acudir al Ebro a bañarse ha obligado al Ayuntamiento zaragozano a extremar las precauciones en algunas zonas del río peligrosas, en las que está prohibido bañarse.

Desde hace casi un siglo no se resgistraban en la región castellano-leonesa temperaturas tan altas como las de los últimos días. Valladolid ha sido, con diferencia, la provincia más afectada. En el observatorio meteorológico de la capital el termómetro subió ayer, a las 16.15 horas, a la cifra récord de 39,5º. Al sol, la temperatura superó los 45º y motivó la desertización de las calles durante las horas de más radiación solar.

El doctor Fernández Nafría, director general de Salud Pública, declaró ayer a EL PAIS que su departamento no tiene previsto ningún plan especial para hacer frente a las situaciones que la oleada de calor está produciendo. En su opinión, lo único que cabe hacer es extremar las precauciones en lo referente a la conservación de alimentos. "Nuestro Ministerio", añade el responsable de la Salud Pública, "se ha limitado a enviar, como cada año por estas fechas, una circular a todos los organismos sanitarios advirtiendo de la necesidad de prestar la máxima atención a la cadena de preservación de alimentos y al examen de las aguas potables". En los servicios de pediatría de la La Paz, de Madrid, el calor sofocante se ha traducido en una afluencia desacostumbrada de pacientes.

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