_
_
_
_

El Gobierno francés retrocede sobre la reforma administrativa de París

El Gobierno francés, ante el unánime aluvión de protestas, da marcha atrás y retrasa la definición del nuevo estatuto del municipio de París, que la semana pasada se orientaba hacia la división de la capital en veinte alcaldías de pleno derecho. El presidente de la República, François Mitterand, no sale bien parado de este asunto, que, con razón o sin ella, se ha interpretado como una "agresión" política al alcalde Jacques Chirac.

Al cabo de una semana de "batalla de París", el Gobierno francés realiza un balance negativo. Según las intenciones manifestadas hace ocho días, de manera sorprendente, los veinte distritos de París se convertirían en otros tantos municipios de pleno derecho. Con ello, según el Gobierno, se democratizaría la gestión municipal de la villa.Este anuncio por parte del Ejecutivo provocó la cascada de críticas y reacciones que aún hoy son de primera actualidad en este país. En el campo de la oposición política, el despedazamiento de París consiguió lo que le faltaba desde hace años: la unión en torno a Chirac. En el plazo de cuatro días París apareció cubierta de carteles inmensos clamando "salvemos París". La misma leyenda se insertó en páginas enteras de publicidad de la Prensa diaria. La opinión de esta última, incluida la que apoya al Gobierno, se desencadenó contra "las segundas intenciones" de un proyecto que al mismo tiempo inspira serias dudas sobre su viabilidad jurídica, administrativa y económica.

La opinión pública, como la oposición conservadora liberal, en efecto, hacen la misma denuncia: "De lo que se trata, en realidad, es de lesionar la imagen política nacional de Chirac nueve meses antes de unas elecciones municipales consideradas como 'un paseo' para el alcalde de París". Sea o no sea así, aun abogando por una cierta reforma de las estructuras de la administración de la capital, en el sentido de la democratización, lo cierto es que nadie duda de lo anterior: lo que ha querido el Gobierno es lesionar al hombre político de dimensión nacional que desde la plataforma que representa la alcaldía más importante de Francia aparece constantemente como el contrapoder del palacio del Elíseo.

Los socialistas no han sido favorecidos con este comportamiento. Los más importantes dirigentes socialistas han coleccionado declaraciones contradictorias o inadecuadas. Unos han afirmado que el presidente Mitterrand fue quien tomó la decisión de dividir a París. El primer secretario del partido socialista (PS), Lionel Jospin, ha desafiado a un mano a mano televisado a Chirac, lo que incluso sus defensores más cautelosos han calificado de "ingenuo". Otros han adelantando que el proyecto sería sometido a la aprobación de la Asamblea Nacional durante este mes de julio. Y, por fin, el ministro del Interior, Gaston Defferre, despistó a todos al anunciar que la elaboración definitiva del proyecto se retrasaba hasta el otoño próximo, y que el anunciado la semana pasada "no era más que una base de discusión".

La inmadurez de ese proyecto de ley, la imprevisión de la reacción pública y la falta de coordinación entre los responsables han sido denunciadas por quienes defienden al Gobierno y declaran de todo ello que es "un regalo" a la oposición.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_