Se espera que 180.000 forasteros acudan a los sanfermines este año
A las 12 del mediodía del martes 6 de julio, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Pamplona y miembro de la coalición abertzale de Herri Batasuna, Patxi Zabaleta, prenderá la mecha al cohete anunciador de las fiestas de San Fermín 1982.
De esta manera, un año más se hará realidad aquella frase del escritor norteamericano, Ernest Hemingway que dice: "al mediodía del 6 de julio la fiesta estalló. No hay otra manera de expresarlo". Una fiesta que continuará hasta el pobre de mí el 14 de julio. Durante estos días, Pamplona se convertirá en una capital muy concurrida. Está previsto que acudan a la ciudad 180.000 forasteros.Y como preámbulo de lo que se avecina, hoteles, pensiones e incluso domicilios particulares están ya cubiertos. Es prácticamente imposible buscar una sola plaza de alojamiento. El camping de Escaba puede ser una solución, de todas formas, en los primeros días habrá problemas para instalar las tiendas.
Pero si no hay plazas hoteleras tampoco hay entradas para los toros. Con un aforo de 19.500 localidades -de las cuales 17.500 se encuentran cubiertas con los abonos- conseguir una entrada para asistir a los espectáculos taurinos de la plaza de toros es inútil. Ni tan siquiera para presenciar la corrida del domingo día 11 de julio, día en que, precisamente, a la misma hora, se juega la final del Mundial de fútbol. No importa quienes sean los equipos finalistas. Es el triunfo de los sanfermines. Los encierros de este año incluyen una importante novedad con respecto a los celebrados anteriormente: por primera vez los corredores dispondrán de una póliza de seguro por la que el Ayuntamiento de Pamplona ha pagado la cifra de 800.000 pesetas. Esta póliza, a la que en reiteradas ocasiones se han opuesto las peñas, cubre los casos de muerte y de invalidez permanente.
Ante la proximidad de las fiestas, Pamplona ha cambiado de fisonomía tras una eficaz campaña de limpieza que ha sorprendido a propios y extraños. Los carteles, que durante todo un año han estado colocados en los más variopintos lugares de la ciudad, han ido desapareciendo. Incluso, los aledaños de la plaza de toros han sido especialmente remozados para tan singular ocasión.
Programa de fiestas
El programa de fiestas de San Fermín 1982, que ha sido elaborado por una comisión especial de fiestas, sigue la dinámica de ediciones anteriores. Tiene de todo y no falta de nada. Y si falta, como dicen los castizos, se le añade porque los sanfermines son la fiesta de la intervención directa, espontánea. Y quien no lo entienda así se aburrirá. No habrá comprendido que en San Fermín no existe una separación de actores y espectadores, como dice el sociólogo Mario Gaviria. Todos son protagonistas y la calle es el gran escenario.
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