La policía polaca disuelve una manifestación en Poznan
La policía antidisturbios polaca cargó violentamente ayer contra 3.000 trabajadores de Poznan, que pretendían conmemorar la insurreción popular contra el estalinismo en 1956, informa Efe desde Varsovia.Por su parte, la agencia France Presse notificó que después de los violentos enfrentamientos, la policía prohibió el acceso a la plaza Adam Mickiewicz de Poznan donde ha sido erigido un monumento -casi una copia del instalado en Gdansk- en conmemoración de las diversas insurrecciones populares que ha conocido Polonia desde el final de la segunda guerra mundial.
El acto en memoria de los muertos en Poznan en 1956 congregó el pasado año a 150.000 personas, en una ceremonia convocada por el sindicato independiente Solidaridad, autoridades eclesiásticas y civiles, en la que estuvo presente el líder obrero Lech Walesa.
Después de los incidentes las unidades especiales de la policía, ZOMO, instalaron barreras que impedían el acceso a la plaza y solicitaban la identificación de las personas que transitaban por los alrededores. Mientras tanto, grupos de jóvenes se enfrentaban a las fuerzas del orden en calles adyacentes y jardines próximos al monumento.
La Cruz Roja con Walesa
Una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) visitó al presidente del sindicato polaco Solidaridad, Lech Walesa, en la residencia gubernamental de Arlamowo (región de Przemysl), donde está internado desde hace más de un mes.El equipo del CICR, compuesto por dos delegados, mantuvo el pasado sábado una entrevista de tres horas y media con Walesa y sobre la misma presentará un informe a las autoridades polacas.
El CICR, que abrió una oficina en Varsovia tras el golpe de Estado, visitó ya a Walesa antes de su traslado a Arlamowo, en el sureste del país, cuando el dirigente sindical estaba internado en las cercanías de la capital.
Los delegados han visitado, además, al menos dos veces los distintos campos de internamiento, con excepción de donde se encuentran los antiguos dirigentes del régimen, como el ex primer secretario Edvard Gierek. El CICR pretende que las autoridades le permitan inspeccionar las condiciones de los detenidos.
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