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Nuevas detenciones en el 'caso Calvi' tras las revelaciones de un implicado

Juan Arias

En el caso Calvi-Banco Ambrosiano existe ya el arrepentido que está cantando en la cárcel. Y sus confesiones han revuelto aún más las aguas, si cabe. Se trata de Emilio Pellicani, el secretario personal de Flavio Carboni, el constructor de Cerdeña, personaje número uno en la historia de la fuga de Calvi de Italia.

Gracias a las revelaciones de Pellicani, la Magistratura ha podido apoderarse nada menos que de once cajas grandes de cartón llenas de documentos comprometedores que estaban depositados en el estudio del notario de Carboni, y también de una maleta llena de material interesante que se había quedado precisamente en el coche de Pellicani cuando fue detenido por la policía.

La primera víctima de estos documentos ha sido el clamorosamente detenido abogado de Carboni, Wilfredo Vitalone, hermano del senador democristiano Claudio Vítalone, que había sido durante los últimos años magistrado de la fiscalía de Roma. Ambos hermanos habían estado siempre presentes en los casos más turbios de la vida política y judicial de los últimos tiempos.

Wilfredo había sido también el abogado del general Loprete, implicado en el escándalo del petróleo.

A Vitalone las esposas se las mandó poner el fiscal De Sica, acusándole de haber pedido, y al parecer obtenido, muchos millones a Calvi a cambio de "protección en los ambientes de la Magistratura de Milán y Roma".

Como es ya un rito en los detenidos importantes antes de llegar a la cárcel, el abogado, de cincuenta años, tuvo un colapso y el coche de la policía, con el consentimiento del magistrado, lo internó en una importante clínica romana.

Carboni tiene miedo

La noticia de la detención del abogado de Carboni ha llamado la atención porque precisamente veinticuatro horas antes él mismo se había presentado ante los magistrados para desmentir las noticias sobre la supuesta muerte de su cliente Carboni, el cual, según Vitalone, está vivo pero no se entregará a los jueces por ahora.Tiene miedo y sigue en su escondrijo fuera de Italia. Entregó, sin embargo, un memorial escrito por Carboni sobre la fuga y la muerte de Calvi.

En Roma intriga al mismo tiempo el silencio de los investigadores británicos sobre la muerte de Calvi.

En los ambientes políticos existe mucha preocupación por la desaparición de la bolsa que llevaba consigo en Londres el ex presidente de Banco Ambrosiano y se indaga sobre los rumores- acerca de que Calvi se había comprado ya en Manhattan un piso de lujo para vivir tranquilo.

De aquí las sospechas de que antes de dejar Roma haya podido transferir una gruesa suma de dinero al extranjero. Por ahora se habla de mil millones de pesetas, pero esta cifra podría ser mucho más elevada.

Mientras tanto, existe ya un grupo de bancos que están dispuestos a salvar el Ambrosiano. Se habla de diez de los mayores bancos privados italianos, que son los más interesados en que no caiga en desprestigio público el mayor banco privado del país como lo es el Ambrosiano.

De hecho, en este país, el banco central de Italia no responde en las quiebras de los bancos privados. Tiene sólo derecho de control y en caso de abusos o bancarrota manda a los comisarios, que desde ese momento sustituyen temporalmente al consejo de administración para examinar el estado del banco y defender los intereses de los clientes, si es necesario vendiendo el mismo banco. Y en estos casos interviene directamente la Magistratura.

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