Mirando hacia atrás con Keynes / 1
La política actual del presidente Reagan no es más que la continuación de la iniciada, hace ya casi cinco años, por el Federal Reserve para luchar contra un persistente proceso expansionista de liquidez, que llegó a constituir, en los mercados financieros europeos, importantes masas de dólares que provocaron su depreciación. La consecución de un cierto éxito en la contención de esta crisis en el alza de precios sólo podía llevarse a cabo con una decidida disciplina de restricción en el volumen de la masa monetaria.No se puede, pues, enjuiciar la política del Federal Reserve, que no tan sólo de Reagan, por el hecho de que no haya conseguido éxitos en otros órdenes de cosas, como puede ser el empleo o el crecimiento del producto nacional bruto, puesto que se ha asignado un carácter prioritario a la lucha contra la inflación y no existe ningún procedimiento de corregir un proceso inflacionario que no conlleve una buena y efectiva recesión, con el consiguiente hundimiento de esas magnitudes económicas. De lo que se trata, y este ha sido, a nuestro entender, un logro de esta política, es que esta orientación monetaria restrictiva no se ha abordado de forma indiscriminada, sino que ha auspiciado una política de incentivos que, manteniendo un cierto nivel de consumo e inversión, trata de evitar el tener que recurrir a la consabida manipulación de la demanda agregada, según la fórmula tan cara a los keynesianos.
Hasta ahora, todos los economistas seguidores más o menos ortodoxos de Keynes pensaban que el único procedimiento viable para corregir los desajustes monetarios y de la actividad económica era la manipulación de la demanda, bien a través de la política fiscal o bien a través de una política de rentas y salarios. El tiempo ha demostrado que ambas conllevaban unos costes adicionales de orden instrumental y administrativo que generaban, a su vez, tensiones inflacionarias. El estancamiento con desempleo no ha sido un producto de la política monetarista, sino la consecuencia del uso y el abuso de las prácticas keynesianas. Los monetaristas no han hecho más que revivir algunos principios fundamentales de la economía clásica y ponerlos en funcionamiento. Con los keynesianos, que no con Keynes, se había producido un olvido fundamental de la magnitud más importante en la economía industrial que es el dinero, por lo que no hay nada reprobable en decidirnos a considerar una vez más el dinero como la unidad de cuenta y el principio activo financiero. No podemos mirar la cantidad de dinero como una variable espúrea remitiéndonos tan sólo a los comportamientos estructurales de la economía.
El éxito de Reagan
El éxito espectacular de la política de Reagan, en cuanto al control de la inflación se refiere, no parece haber sido entendido en estas latitudes. Esta tasa baja de inflación está permitiendo ahora un aumento de las disponibilidades líquidas monetarias bastante importante y que no afecta a los tipos de interés, por cuanto en un sistema económico armónico la inversión no se produce siempre a través de un endeudamiento de capital a interés fijo, sino que tiene otros muchos medios de financiación. De hecho se ha producido un aumento de las disponibilidades líquidas sin que se haya producido un descenso de los tipos de interés, porque el aumento se ha producido tan sólo en la magnitud M1, que incluye circulante y depósitos a la vista, y no así en M2 ni en M3 , que incluyen, además, los depósitos a plazo y las cuentas de ahorro. Por otra parte, la estructura económica americana en estos tiempos de recesión ha trabajado con unos costes tan ajustados que, en la actualidad, el incremento de liquidez no ha repercutido sobre sus cargas financieras, como decimos ya afinadas, sino que ha ido directamente a la bottom line, es decir, a la cuenta de resultados.
Por otra parte, hay que valorar que en Estados Unidos existe un gran mercado de activos financieros secundario y que esto posibilita un juego de liquidez extraordinano que no tiene por qué afectar sustancialmente al mercado primario y, por tanto, a la fijación del prime rate. Por otra parte, la versatilidad de la economía americana, ajena a la práctica de los circuitos privilegiados tan conocidos en nuestro país, sin embargo, conoce una gran variedad de tasas de interés según la calidad, concepto y tipo de cliente. Este problema estructural contrasta con las economías europeas, fuertemente influidas por políticas sociales que han estado distorsionando las tasas de interés según la actividad económica de que se trate o el soporte estatal que se quiera otorgar.
La independencia del Federal Reserve de Estados Unidos respecto al Tesoro norteamericano puede ser debatida, pero es, por lo menos, tan real como puede serlo en otros sistemas occidentales entre el banco central y el sistema bancario. La política del Gobierno de Estados Unidos está fuertemente condicionada por la del Federal Reserve, que atiende mucho más a aspectos técnicos financieros que a las evidencias de cualquier otra índole. En todo caso, el instrumento político con el que puede contar un Gobierno en las alteraciones de la masa monetaria es a través de los cambios en los requerimientos de las reservas, que pueden ser utilizados cormo un instrumento contracíclico, ya que una importante reducción en las ratios de las reservas legales se ha llevado a cabo en muchas ocasiones para aliviar una contracción de los negocios.
El bajar los requerimientos de reservas tiene el mismo efecto que las operaciones en mercado abierto, en lo que respecta al aumento de las disponibilidades monetarias, pero la reducción de los requerimientos de las reservas permiten a los bancos miembros del sistema retener un mayor número de depósitos y aumentar las disponibilidades con la misma base monetaria. Por esta razón, las autoridades monetarias han sido reacias a alterar los requerimientos de las reservas legales como instrumento de política anticíclica por el daño que ocasionaría a los bancos y al sistema en su conjunto en su nivel de riesgo.
En el juego entre tasa de interés y tasa de cambio es donde inciden las decisiones políticas que llevan implícitas ventajas y desventajas en cada una de las opciones que se adopten. En apoyo de una tasa (le cambio elevada está, obviamente, una baja tasa de inflación, pero se resiente, al tiempo, la competitividad industrial, por lo que el Federal Reserve ha de establecer una política monetaria que incida sobre el tipo de interés a través de la regularización de las reservas bancarias y de la tasa de los fondos federales, así como del control de los agregados monetarios en su conjunto a través de operaciones de open market y de descuento.
En virtud de una ley de marzo de 1975, el Congreso de Estados Unidos exigió que la Reserva Federal informe al Congreso periódicamente de sus planes para el crecimiento de la masa monetaria. El sistema federal recibió muchas censuras por la rápida inflación que se produjo en la década precedente en alguno. de los agregados monetarios. La Reserva Federal, con esta resolución, trató de mantener una cierta proporción entre el crecimiento a largo plazo de los agregados monetarios y del crédito, por un lado, y de la actividad económica y la producción, por otro.
La tasa que se fija para los fondos federales tiene una validez de un mes, y la que se fija para las otras magnitudes monetarias, de dos meses. Cuando la tasa de los fondos federales sube, el Federal Reserve se ve en la obligación de actuar en el open market comprando grandes cantidades de acciones y bonos con objeto de frenar los tipos de interés y así extender la base monetaria. La demanda de los fondos federales baja cuando los bancos toman prestada mayor cantidad, en función de su tasa y de la demanda de créditos. El suministro de fondos federales no varía solamente en función de la tasa de interés, sino que depende de cambios en otra serie de factores y, principalmente, en la ecuación de las reservas bancarias.
Economía en libertad
Los que ven en la política norteamericana un propósito persistente de mantener altos los tipos de interés deberían prestar atención a todos estos mecanismos del Federal Reserve que demuestran que las altas tasas de interés son el resultado del funcionamiento de un engranaje de una economía en libertad, que funciona ahora movida por el resorte básico de la lucha contra la inflación, en la que las alteraciones de todas las otras magnitudes son resultantes inevitables. La reactivación económica generadora de inflación es un paso ulterior que solamente puede ser acometido con las debidas cautelas y dentro de una actuación muy selectiva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.